LA GESTA DEL MARZO PARAGUAYO
Se cumplirá este año el vigésimo aniversario de la más
extraordinaria gesta ciudadana de los últimos tiempos. Se desarrolló del 23 al
28 de marzo de 1999. Su historia, sus causas, la muerte de los mártires y el
miserable fracaso de la clase política para responder y capitalizar tan memorable gesta, pueden ser revividos y
valorados en las publicaciones del excelente periodista y escritor Andrés
Colmán Gutiérrez. Recordar la
experiencia vivida en aquellos días es una necesidad personal y
comunitaria. Hay preguntas que siguen
sin respuestas. ¿De dónde provino esa fuerza ciudadana de esos días? ¿Cómo fue
posible que personas de todos los sectores sociales y políticos, de todas las
edades, se unieran con tan gran entusiasmo y convicción en las manifestaciones
de aquella semana memorable? ¿Por qué esa multitud no se desbandó a pesar de
las metrallas que herían y cercenaban la vida de los jóvenes? Fue impresionante
ver que los heridos eran socorridos y auxiliados, pero sus lugares eran
ocupados por otros contingentes que se mantenían de pie, ni siquiera estaban
agazapados, cubiertos o con cuerpo a tierra. Se mantuvieron todos a cuerpo
gentil. Incluso se dio el caso de un
herido auxiliado por sus compañeros, que se levantó de su cama de emergencia y
retornó a la plaza donde finalmente se consumó su martirio. Desde Radio Cáritas, cuya dirección ejercía en
aquel entonces, y todos los compañeros y compañeras, nos hicimos la voz informativa,
junto a tantos otros medios, nacionales e internacionales, de todo aquel
acontecimiento, transmitiendo desde el día martes 23 de marzo hasta el domingo
28, en forma continuada. Para ello
asumió la posta nuestro Jefe de Prensa el Lic. Roque Acosta. En la defensa del
Congreso fue vital la presencia de los miembros de la Federación Nacional
Campesina que habían llegado a la capital en reclamo de sus reivindicaciones.
Junto con los jóvenes conformaron un fuerte cordón de protección de toda la
plaza. La tarde noche del viernes 26 de marzo de aquel año, los petardos fueron
sustituidos por las metrallas. El móvil de nuestra radio fue tumbado e
incendiado por la turba de los partidarios del General Lino Oviedo que lideraba
la revuelta militar. El saldo sangriento
fue 7 jóvenes muertos y más de 300 heridos. El sábado amaneció en silencio con
secuelas y rastros de los enfrentamientos de la noche anterior. La plaza seguía
ocupada. El domingo 28 fue un día tenso.
La multitud se acrecentaba a cada hora. En los edificios se veían
francotiradores. Entre la gente no
faltaba hielo ni comidas. Había ofertas de todo tipo. En un momento dado se
denunció que posiblemente había gente infiltrada con armas de fuego. La orden era que cada uno revise a la persona
que tenga enfrente. Se veían a niñas y jóvenes revisando a personas adultas. De
esta manera se localizó al infiltrado. A
eso de las 5 de la tarde se retiró la Marina que custodiaba el Congreso. El
rumor crecía. El entonces Arzobispo de Asunción Mons. Santiago Benítez, tomó el
micrófono de Radio Cáritas conectada con altavoces, anunciando que se iba a
cerrar la Catedral y que por favor la gente se retire, porque un gran
contingente militar procedente de Cerrito avanzaba hacia la capital. Hay que
decir en honor a la verdad que esa movilización existió pero fue obstaculizado su avance. Momentos de pavor. Muchos se retiraron. Unas
60 personas permanecieron en la explanada. Nuestra radio no podía
retirarse. El entrañable Paí Oliva dio
el contra mensaje. No se retiren, no abandonen. Eso es lo que quieren,
dijo. Hasta que alrededor de las 18 se
difundió la información de que el General Oviedo, se había fugado al
extranjero. La celebración llegó a su
cumbre. Más de 100 mil personas saltaban
y se abrazaban. Había triunfado la gran resistencia ciudadana. La conclusión
evaluativa sigue abierta. ¿Todo fue en vano? ¿No se justifica la muerte de los
jóvenes? ¿Todo fue una manipulación? Así se razona si se analiza desde la mediocre
visión de la clase política que tenemos, corrupta y prebendaría. Pero creemos que el mensaje no tardará en
llegar. Tanto el mensaje del Marzo
Paraguayo como así también el mensaje de los jóvenes de “UNA no te calles” Está
en proceso el avance de una generación de paraguayos dispuesta a tomar la posta
de la reivindicación ciudadana y arrancar al país del ostracismo de la desvergüenza.
Cuando surja ese estandarte con todo el furor ciudadano que conlleve como gesta,
recién entonces comprenderemos que la inmolación de nuestros jóvenes del Marzo
Paraguayo no fue ni nunca será en vano.
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