LA MEMORIA OLVIDADA
Casi no quedan vestigios de la dolorosa historia de los
mensú en el infierno de los yerbales establecido y explotado por empresas
transnacionales que aterrizaron en el país después de la Guerra contra la Triple
Alianza. La Industrial paraguaya S.A. fue una de esas empresas extranjeras
latifundistas que desembarcaron en el país beneficiándose con la cesión de
miles de hectáreas de bosques y yerbales vírgenes por un período de 100 años
que los gobiernos paraguayos de post guerra se vieron forzados a negociar. En
una publicación del Diario Última Hora, del 25 de enero pasado, la periodista
Brigitte Colmán rescata la sangrienta historia que se esconde detrás de la
producción de la yerba mate, bajo un régimen esclavista impuesto por la
mencionada empresa transnacional que se instaló en Itakyry, Alto Paraná, desde
donde dirigió su imperio de terror y sangre. Motivó esta interesante nota
periodística el relato de un joven historiador paraguayo Cristian Benítez que
logró restaurar la casona ocupada por la Industrial Paraguaya SA para
convertirla en un museo, que ahora corre el riesgo de su desaparición por la
falta de seguridad y apoyo y por encontrarse dentro de una propiedad privada. “Acá había objetos, pero han sido despojados… aquí
estaban los libros de la Industrial Paraguaya” explica el mencionado
historiador. “Aquí está la memoria viva
del Paraguay corroído – siguió diciendo – aquí está la historia del mensú del
esclavo de los yerbales que mencionan Roa Bastos y Rivarola Matto” y finalmente reclama frustrado: “Es evidente
que los intereses de la clase política actual no van dirigidos hacia el
fortalecimiento de la educación, la cultura, la identidad nacional y el rescate
de su soberanía” Le podemos decir más. Esta es la historia que se quiere
ocultar. Y no hubiera quedado
documentada esta realidad lacerante de nuestro pueblo si no fuera por el
periodista español Rafael Barret, que llegó a Buenos Aires en 1903 y se
trasladó al año siguiente a nuestro país en misión periodística para cubrir la
revolución de 1904. En Paraguay se casó con una paraguaya y tuvo descendencia.
Renunció a su empleo en el Ferrocarril como un acto de protesta por el trato
expoliatorio que sufrían sus obreros. Fue apresado y deportado al Uruguay,
desde donde siguió su campaña de reivindicación de los más desheredados,
especialmente de los mensú, verdaderos esclavos de los yerbales. Enfermo se fue
a Francia en busca de alivio y ya no pudo salvar su vida. Falleció en 1910 a la
edad de 34 años. Fue el primero en denunciar el terrible drama de los yerbales.
Escribió al referirse al mensú: “Medio desnudo, desamparado el obrero del
yerbal es un perpetuo vagabundo de su propia cárcel” Entre sus obras se
destacan “El dolor paraguayo”, “Lo que son los yerbales” “Moralidades actuales”
y “Mirando vivir” El verdadero drama es que la empresa imponía un régimen de
vida y muerte. Luego de reclutar a los jóvenes en sus valles, adelantándoles
dinero, que después jamás podían cubrir porque se les pagaba poco y tenían que
pagar los trapos y la comida. Si intentaban escapar se les perseguía a muerte
con perros y matones, que casi siempre cumplían su cometido. Una guarania con
el título de “Ka´aty” (yerbales) de Rigoberto Fontao Meza y José Asunción
Flores, describe el dolor de los mensús que añoraban a sus valles y a sus seres
queridos, sin poder retornar a sus pueblos. Se reunían y cantaban: “Tras aquellos montes, arroyos y
cerros, yo imito doliente al urutaú. Y mi lindo pueblo de largo destierro,
lleva la nostalgia del mbarakapu” A quién le importa esta historia. Si en
muchas otras empresas hasta hace muy poco la esclavitud laboral seguía
vigente. Se está perdiendo la memoria
histórica. No tenemos que avergonzarnos del dolor de nuestro pueblo. Debemos
preguntarnos hasta qué punto estas experiencias siguen influyendo en nuestro
presente. No podemos permitir que no sea
una prioridad el “fortalecimiento de la educación, la cultura, la identidad
nacional y el rescate de la soberanía” No podemos permitir que la corrupción
siga destruyendo la naturaleza de nuestro ser nacional.
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