EXPECTATIVAS ELECCIONARIAS
A un mes de las elecciones nacionales el clima político
sigue indolente y sin expectativas mayores para la ciudadanía. Será porque hay
un descreimiento de los jóvenes que optan por no participar en la actividad
política por entender que la misma está saturada de corrupción y
clientelismo. O será porque los
candidatos principales que se perfilan con posibilidades de victorias no
entusiasman o no se generan debates sobre los principales temas de la problemática
nacional. O será porque la pobreza y la pobreza extrema siguen golpeando muy
duro a la gente y no hay esperanza de que esta situación cambie con el próximo
gobierno. Es posible que en esta última etapa, en estos últimos 30 días, la
publicidad electoral remueva el ambiente aunque no se espera demasiada
incidencia de la misma, porque ya se sabe que los medios de comunicación ya
están controlados por grupos empresariales que buscarán imponer sus intereses
políticos. En estos días hicieron su aparición en el escenario las empresas
encuestadoras proyectando las tendencias existentes. La mayoría de ellas
conceden ventajas para la Presidencia al candidato de la Asociación Nacional
Republicana, salvo una de las
encuestadoras que considera la existencia de un empate técnico con una leve
ventaja, incluso, para el candidato de la Alianza opositora que encabeza el Dr. Efraín Alegre. Cabe consignar
que esta encuestadora tiene como antecedente la de haber sido la única que le dio ganador al actual Intendente de Asunción, Mario Ferreiro, en las últimas
elecciones municipales. O sea que en esta guerra de las encuestas las dudas no
están despejadas. Podemos señalar que una
de las variantes que, últimamente arroja incertidumbre, es la modalidad cada
vez más creciente del voto cruzado. Va descendiendo el nivel del voto cautivo o
disciplinario. En opinión del conocido
periodista Enrique Vargas Peña el Señor Horacio Cartes concentra un gran
porcentaje de rechazo que ya se reflejó en la derrota de su candidato
presidencial en las internas partidarias. Ese nivel de rechazo que se estaría revelando como una tendencia a
través de las encuestas podría ocasionar
según se estima, una pérdida de aproximadamente cinco bancas en el listado de
candidatos a Senadores del Partido Colorado que justamente él lo encabeza. Pérdida
que bien podría ser capitalizada por los candidatos del Frente Guazú de
Fernando Lugo. El mencionado analista considera por otra parte que, si Mario Abdo Benítez, candidato a la Presidencia de la República por
el Partido Colorado, se deja manejar por Horacio Cartes, y se constituye en un títere del mismo, podría
perder, debido a ese mismo nivel de rechazo,
un caudal importante de electores. Otros factores que pueden
incidir en el resultado de las próximas elecciones son el nivel general de
participación y la capacidad de captar los votos, tanto de partido del
oficialismo como el de los movimientos políticos de la oposición que pugnan,
particularmente por cargos legislativos. Recordemos que el propio Horacio Cartes pudo
haber perdido en las elecciones generales del 2013 si la oposición hubiera
votado unida. Veamos los datos de aquella
ocasión. Total inscriptos: 3.516.275 electores. Participación: 68,6 %.
Resultados: Horacio Cartes: 1.104.976 votos equivalentes al 45,80%. Efraín
Alegre: 911.324 votos, equivalente al 37,19 %. Mario Ferreiro: 145.618 votos
equivalentes a 5, 65% y Aníbal Carrillo Iramain: 80.934 votos, equivalentes al
3,29 %. En resumen la oposición obtuvo 1.137.876 votos equivalentes a 46,13 %.
Digamos finalmente, que el problema real de nuestro pueblo va más allá de los
simples cálculos numéricos. La problemática nuestra radica en la calidad de
nuestra clase política y el sistema económico que nos rige con fuerte incidencia
de la corrupción y el narco tráfico. En estas condiciones las próximas
elecciones no podrán generar cambios importantes y es casi seguro que todo volverá
a ser igual que lo mismo. Por eso tenemos la gran necesidad de recuperar la vigencia
de la ética política que haga posible que las personas que elijamos como
representantes y mandatarios nuestros sean capaces de resistir la presión de
los intereses económicos y políticos predominantes; que sean capaces de
resistir la tentación de la corrupción que impera en el poder y priorizar los
verdaderos objetivos del bien común de la nación. No será fácil porque los poderes de adentro y
de afuera, sostienen el perverso sistema que tiene como objetivo la ganancia
sin límites y a cualquier precio, sin importar mucho la suerte del país ni la de nuestros
compatriotas que conforman los sectores más vulnerables de nuestra población. Pero
no podemos perder la esperanza. Existen en todos los partidos políticos y
movimientos ciudadanos, hombres y mujeres, honestos y capaces, que más temprano
que tarde, dirán presentes en la hora de
conformar un gobierno patriota que nos confirme la justicia y la dignidad que desde hace rato viene reclamando nuestro pueblo.
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