QUE NO NOS ROBEN LA
ESPERANZA
¿Siente alguna
expectativa con relación al resultado de las elecciones internas del próximo 17
de diciembre? Le preguntaron a un analista político dentro de un programa
periodístico. Y este respondió: Alguna curiosidad sí, pero ninguna expectativa
en especial, porque ninguno de los candidatos representan alguna posibilidad de
cambio. Esta es una síntesis del estado de ánimo de la gente. Los mismos
discursos, las mismas promesas de ocasiones anteriores, sin que nadie se
preocupe de presentar una propuesta seria explicando los procedimientos a
seguir y la fuente de los recursos que se tendrá que invertir para darle alguna
sostenibilidad a los proyectos. Ruidos y
coloridos. Manifestaciones forzadas y desprovistas de convicciones. Listas
sábanas de parlamentarios donde se intenta cubrir los nombres de verdaderos
impresentables. “Solo le pedimos a estos
candidatos que no nos trunquen este sueño de siete millones de paraguayos. Que
no nos roben la última gota de esperanza” decía Mons. Ricardo Valenzuela Obispo
de Caacupé en su homilía del 8 de diciembre. ¿Tendrá efecto inmediato este
mensaje del obispo Valenzuela? Es probable que ya no, porque la suerte está
echada. El lema es ganar a cualquier precio. Los intereses particulares en
juego son muy altos. La idea del bien
común como objetivo está muy lejana y difusa. Es casi seguro que la idea de recuperar la
inversión predomina en la mente de los políticos candidatos. Las campañas de “Voten a conciencia, no venda
tu voto, tu voto fortalece la democracia” y otros mensajes de este tenor
carecen de verdadero contenido. El
electorado ya está aprisionado de antemano y de alguna manera se le impone la
manera de votar y por quiénes votar sin importar que varios de los candidatos
estén imputados por la justicia. Eso explicaría por qué el Senado de la Nación,
a diez días de las elecciones internas, volvió a modificar la ley del
financiamiento político. Con esa modificación se estableció el anonimato de los
aportantes y el aumento del monto de los aportes. Ya no se requiere informar de
donde proviene el dinero para la campaña ni a cuánto asciende. Puede ser dinero
sucio, producto del lavado, o del narcotráfico. Poco importa. Por otra parte
un alto funcionario de la Justicia Electoral, en respuesta a un requerimiento
periodístico manifestó que no se podrá impedir a los electores que lleven
consigo sus aparatos celulares en el cuarto oscuro y por ende no se podrá saber
si fotografió o no su papeleta de votación. Esto podrá facilitar por un lado la
venta de los votos, con cobro previa prueba fotográfica y podrá posibilitar además
el control de los votos que podría aplicarse por ejemplo a los funcionarios
públicos. ¿Cómo votar a conciencia en
estas condiciones? Es grave el riesgo de
la pérdida de la institucionalidad democrática en nuestro país. ¿A quién o a
quiénes vamos a elegir? Preguntaba Mons. Mario Melanio Medina, obispo emérito
de San Juan Bautista, Misiones en su homilía de Caacupé. Y se respondía a si
mismo diciendo: “Tendremos que votar al menos peor” El problema será cómo
reconocer a “los menos peores” No cabe duda de que se nos está robando la
esperanza, se nos está robando el sueño.
El Padre Oliva, otro luchador y profeta de nuestro tiempo, publicó
en su página “Buenos días Paraguay” en el Diario Última Hora, el 12 de
diciembre pasado, su comentario titulado: “Esperanza frente al infortunio”
diciendo: “Este es un tema necesario. El
infortunio nos rodea por todas partes. Infortunio es empobrecimiento, es
engaño, es manipulación. Pero el infortunio no es fatalismo. Cada acción que
nos frena ha sido muy bien pensada. Es estrategia de los amos del Paraguay y
del mundo para su bien y detrás de estos están miles de profesionales, los tres
poderes del Estado, salvo muy contadas excepciones, los partidos políticos,
etc. ¿Qué podemos hacer para dar esperanza frente a esta potente maquinaria de
pensamiento, acción y comunicación para delinquir? Y llamo delinquir – continuó
diciendo – a todo aquello que presiona para que unos pocos tengan cada día
mucho, mientras una mayoría tenga poco o nada” El Padre Oliva expresa que, lo
primero es descubrir públicamente esta maquinaria que nos roba la esperanza, en
segundo lugar fortalecer la fe y en tercer lugar es trabajar en una construcción
colectiva. Concluyó diciendo, que lo de trabajar juntos es muy importante,
porque la esperanza se nutre de la unidad” Confiemos entonces en que estas
prédicas no caerán totalmente en el desierto. Que todavía tenemos una ciudadanía consciente
y una juventud que se levanta. Y que todavía podemos vencer al infortunio con
el valor cívico de nuestro pueblo del que estamos seguros sabrá construir la esperanza que nos
conducirá hacia ese país que nos merecemos todos los paraguayos.
Comentarios
Publicar un comentario