¿PARA CUÁNDO LOS
DEBATES?
Los tiempos
preelectorales deberían ser propicios para los debates y la participación de la
ciudadanía en el proceso político. Hasta ahora los pocos intentos de debates
fueron muy superficiales. En el oficialismo colorado se llevó a cabo uno o dos
encuentros televisivos, donde todo estuvo orientado fundamentalmente a la
descalificación. Que uno de los
candidatos sea más colorado que el otro, a la ciudadanía importa poco, puesto
que ambos responden a un esquema capitalista. ¿En qué radicará el cambio?
Ocurre lo mismo con el candidato presidencial con más posibilidades del frente
opositor. Todo indica que seguirá este sistema que ha fracasado en el
desarrollo de una política que priorice la defensa de la soberanía, que
defienda los intereses reales del país, que anteponga la reforma agraria y la
agricultura familiar campesina ante el avance de la agricultura empresarial,
que facilite una reforma tributaria más justa, que combata efectivamente las
causas de la pobreza y la desigualdad social,
que promueva una educación que ayude a la transformación del país y
asegure a todos los habitantes un servicio de salud gratuito y de calidad. Se tiene que insistir en recabar las
posturas de los precandidatos sobre la falta del control del financiamiento
electoral en la fase partidaria y su posible relación con la narco política y
la corrupción o, del porqué la oposición al desbloqueo de las listas sábanas.
También se tiene que considerar las bases de la negociación de los acuerdos
sobre los complejos hidroeléctricos binacionales porque es totalmente
inadmisible que sean negociados a espaldas del parlamento y de la ciudadanía
porque en esos temas está en juego el futuro del país. Es necesario saber
qué opinan los precandidatos sobre las acusaciones de que nuestro país sea el
mayor lavadero del dinero sucio. También hay que recabar lo que piensan sobre
la reforma de la Constitución Nacional, cuáles son los temas que deberían ser
considerados y con qué procedimientos se deberían encarar tan importante
cometido. Tampoco es suficiente que se
resalten resultados de encuestas sobre las deficiencias del gobierno actual
como es el caso de la inseguridad. Hay que plantearse también, las posibles
causas del agravamiento de esta problemática nacional. ¿Tiene la inseguridad
una relación con la pobreza y el desempleo? ¿Por qué las Fuerzas de Tarea
Conjunta no avanzaron casi nada en la lucha contra las bandas criminales del
norte a pesar de la pesada carga económica que representa ese operativo? ¿Tiene
algo que ver en este fracaso la presencia cada vez más significativa del
narcotráfico? ¿Porqué estos grandes temas están ausentes en los debates
políticos pre electorales? ¿Acaso a la prensa comercial no le interesa
profundizar en el debate de los grandes temas que interesan al país? Lastimosamente
para la vigencia de la estructura política actual y el sistema económico
vigente el silencio, la desinformación y la manipulación son instrumentos que responden
a sus intereses. Si los debates son necesarios ¿quiénes deberían promoverlos? En este
menester deberían asumir la iniciativa las organizaciones sociales, las
universidades y la ciudadanía en general. Es una lástima que nos estemos yendo
hacia unas elecciones nacionales sin ninguna o con muy pocas propuestas de cambio
y sin debate alguno sobre los grandes temas que interesan al país.
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