DÉFICIT EN DERECHOS
HUMANOS
Dos importantes
informes internacionales aplazan a nuestro país en materia de la vigencia de
los Derechos Humanos. El informe de la Relatora de las Naciones Unidas,
cuestiona fundamentalmente la situación de pobreza en las zonas rurales y
urbanas, los conflictos por la tierra y
los desalojos violentos. Destaca los
conflictos que se dan entre la agricultura familiar y la agricultura a gran
escala para la exportación, así como
también el problema de acceso a la tierra
tanto para los campesinos como para las comunidades indígenas y la
urgente necesidad de una reforma agraria real. Además este informe a la ONU
destaca los riesgos asociados con la producción de soja a gran escala como el
uso excesivo de los plaguicidas y lo relativo a los organismos genéticamente
modificados. Algunas de las
recomendaciones de la ONU a Paraguay: - “Elaborar y adoptar una ley marco
nacional de derecho a la alimentación basada en los Derechos Humanos” –
“Promulgar legislaciones pendientes como la ley contra toda forma de discriminación, la de extensión
de la Reforma Agraria Integral, y la de protección de Semillas Nativas y
criollas” – “Establecer un marco jurídico eficaz para la protección del medio
ambiente, que incluya, en particular, la protección contra el uso de productos
agroquímicos tóxicos” – “Proteger y promover la agricultura familiar como
modelo productivo” – “Modernizar y actualizar el registro catastral” – “
Expandir la cobertura de la alimentación escolar” Por su parte, el informe
del Departamento de Estado de los EE.UU. destaca que “el principal
problema de los derechos humanos en el
Paraguay tiene que ver con la impunidad y la corrupción generalizada dentro del
Poder Judicial y de los agentes de la ley” Destaca
además “la intimidación a periodistas por parte de organizaciones criminales y
de Agentes del gobierno, la violencia contra la mujer, la falta de acceso a la
tierra de los pobres en las zonas rurales, el tráfico de personas y la
violación de los derechos laborales, el accionar del Ejército del Pueblo
Paraguayo, la violencia generada por bandas criminales en el noreste del
país y las bajas condiciones de las
cárceles de Paraguay que siguen estando por debajo de los estándares internacionales”
Debemos destacar que la realidad del país sigue siendo dramática. La pobreza y
la extrema pobreza no han disminuido y la desnutrición y el hambre golpean a
numerosas familias del campo, de las periferias de las ciudades y
fundamentalmente a las comunidades indígenas. Tampoco se habla del deplorable estado de la salud pública. En los
centros hospitalarios no existen
medicamentos y la atención es extremadamente precaria. Ni siquiera mejora la
atención y la provisión de medicamentos en el Instituto de Previsión Social.
En cuanto a la educación más de 2.000 edificios escolares de un total de 7.000
se están desplomando. Si el país se está
endeudando y aún se tiene margen, porqué no se recurre a la ayuda internacional
para enfrentar los problemas de salud y educación. De qué nos sirven las obras de infraestructura si hay hambre y déficit
grave en la atención de la salud. Seguimos siendo considerados como uno de los
países más corruptos de la región, con el peor sistema judicial del continente.
Necesitamos una política de gobierno que
centre su atención en la gente, que desarrolle estrategia orientada a superar
los graves problemas que atentan contra los derechos humanos
fundamentales. Mientras eso no se
consiga será hipócrita hablar de progreso y de estabilidad de la República.
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