SUBESTIMACIÓN Y
ABANDONO
La ciudad capital
está sacudida desde hace dos semanas por miles de manifestantes de los
diferentes sectores de la sociedad que van adhiriendo a las marchas de
protestas de cooperativistas y campesinos. Desde la Plaza del Congreso, cada
mañana irrumpen en las calles céntricas con banderas y pancartas de manera
ordenada y entusiasta, y los automovilistas y conductores de todo tipo de
transporte ceden paso. Muchos de ellos protestan pero otros alientan, señalando
que el problema no es de los campesinos sino del gobierno que no dan respuestas
a sus reclamos. Los cooperativistas exigen la anulación del Impuesto al
Valor Agregado (IVA) que por ley se debe aplicar desde este mes de abril sobre
los intereses de los préstamos concedidos a los socios; los campesinos piden la
condonación de las deudas con instituciones públicas y banca privada que
amenazan con arrebatarles sus fincas y
sus pocos enseres. Voceros del gobierno rechazan las
pretensiones mencionadas calificando a los campesinos de haraganes. Al
principio incluso se apeló al chake, afirmando que se pretende provocar un
enfrentamiento con las fuerzas policiales y reeditar de alguna manera la
matanza de Curuguaty que provocó un golpe de estado. Nada de eso amilanó a
los manifestantes y cada día más y más contingentes se van sumando a las
concentraciones y marchas. Afirman que
no hay dinero para la condonación de las deudas, pero el gobierno ha perdido
credibilidad moral porque ha tenido dinero para subsidiar a transportistas, a
empresarios de un ingenio azucarero fallido y a otros sectores empresariales.
Las desigualdades cada vez se ahondan más y el discurso de lucha contra la
pobreza se ha vuelto una mentira. Las supuestas ayudas a los pequeños
agricultores son desviadas por intermediarios sin escrúpulos, no mejoran los
cultivos y los pocos productos que consiguen arrancar a sus capueras no tienen
precio porque los mercados locales los sabotean porque prefieren operar con
productos de contrabando. ¿Qué hace el gobierno para defender y asegurar la
venta de los productos de los campesinos? El
gobierno se considera muy seguro, parapetado en el control de los medios de
comunicación, con su mayoría en el Congreso, con su Fuerza de Tarea Conjunta y sus grandes proyectos de obras públicas con
los que pretende impresionar, pero está siendo sacudido por esta ola de
protestas y de reclamos. Está quedando en evidencia que prioriza los
grandes intereses en perjuicio de los sectores más desprotegidos. Carga de
impuestos a los más vulnerables y libera a los grupos empresariales. Sigue el gran escándalo de la corrupción,
la justicia es manipulada por la clase política y no hay control del gasto
público. Carece de liderazgo y referentes para el diálogo porque se ha
trabajado a espalda del pueblo. Se ha subestimado al pueblo campesino y se ha
jugado con su paciencia. En el fondo el
verdadero reclamo de esta gente, no es
que se condone su deuda, sino que se atienda a sus necesidades con honestidad y
respeto. Es hora que se comprenda que
hay un pueblo silencioso y noble que está por perder la paciencia y rebelarse
contra la sumisión, la injusticia y el abandono.
Comentarios
Publicar un comentario