EL MENSAJE
DEL SILENCIO.
La prensa
acaba de ofrecer otra víctima para el sacrificio ante el altar de los dioses de
la mafia. Gabriel Alcaraz, conductor de un programa en Radio Amambay fue
acribillado frente a su propio domicilio en pleno día. Tenía apenas 28 años. Se
suma así a la lista de los periodistas asesinados en la zona fronteriza. Otra
muerte, otro silencio. Naturalmente este miserable asesinato tiene connotación
y mensajes que son transmitidos de una banda de mafiosos a otra, a la prensa en
general, a los jueces y fiscales y a la misma comunidad. El pacto del silencio
entró a regir de inmediato. Nadie oyó ni vió nada. Nadie atestiguará nada. La
investigación fiscal y policial solo simulará algunas acciones para cubrir la
apariencia de interés en el caso. Y eso que en la zona todos conocen a todos.
Todos tienen serias presunciones de donde provino la orden de aniquilamiento. A
los matadores también se les conoce pero no habrá pruebas para incriminarlos.
Si por algún accidente se les detiene, si cumplieron bien su “tarea”, tendrán
buenos abogados y para los que fallaron o son identificables está la “quema de
archivo”. El peligro real que acecha al país es la mafia. La amenaza en la zona
norte y en todo el país, no proviene solamente del supuesto ejército del pueblo
paraguayo, proviene de la mafia. El EPP no subsistiría sin la mafia. ¿Dónde
están los del EPP? ¿Dónde acampan? ¿Dónde tienen al joven Arlan? O el EPP fue
creado con auspicio de la misma mafia o después de ser creado lo protege y lo
utiliza para sus fines. Puede ser como distractivo, como factor de extorsión o
como pantalla para liquidar a los que molesten sus operativos. El simple
aumento del poderío militar-policial no asegura el combate a la mafia. El
combate contra la mafia requiere de una poderosa decisión política y de
estrategia especial, no solamente local, sino incluso internacional. Parece que
el éxito de la lucha en contra del EPP
debe contemplar también el éxito en la lucha contra la mafia. Lo que hasta
ahora se está haciendo es militarizar la zona a un costo elevado e ineficiente.
Se dudó de la eficacia policial y se envió al ejército y entonces se generó
también las desconfianzas entre esas dos fuerzas. La fuerza conjunta no siempre
actuó en consonancia. Aparentemente para un mejor control de las fuerzas
operativas, el Poder Ejecutivo, habría contratado una empresa de seguridad
israelita y solicitó el asesoramiento del gobierno colombiano que actualmente
capacita a 80 soldados paraguayos para la lucha contra el terrorismo.
Entretanto el gobierno norteamericano envía bajo la figura de la solidaridad y
atención médica una dotación especial que establece su base en la zona del
conflicto. No se puede descartar que entre el personal médico hayan venido
algunos asesores de seguridad. Lo único
que faltaría para completar el escenario es la creación de las fuerzas
paramilitares como ocurrió en Colombia, para que proceda al exterminio de los
rebeldes sin procesos judiciales aunque para eso ya están los sicarios, los
capangas y algunos gatillos fáciles dentro de las mismas fuerzas de seguridad.
Por otra parte, el gobierno crea una Coordinadora de Acción Integral Conjunta
(CAICO) con el propósito de asegurar la presencia del estado para promover el
desarrollo y la lucha contra la pobreza, bajo la dirección de un jefe militar,
ante quién serán presentadas inquietudes y solicitudes de los municipios,
gobernaciones e instituciones públicas que operan en esa zona. Todo lo que se
haga para combatir al grupo terrorista merece todo el apoyo de la ciudadanía.
Hay que conceder al gobierno la confianza de que está obrando con las mejores
intenciones de éxito frente a este grupo criminal. Porque pensar lo contrario,
pensar que se esté utilizando el
pretexto del EPP, para ensayar un sistema de control militar de la zona, a
expensas de la participación ciudadana, sería nefasto. El mensaje de la muerte
de Gabriel Alcaraz y de otros tantos comunicadores, exige de manera frontal la
lucha contra la mafia. La mafia de la tierra, del tráfico de drogas, de la
venta de armas y del contrabando.
La mafia que protege a terroristas y mata a
gente inocente para imponer su imperio de miseria y humillación en detrimento
de la soberanía y la dignidad del país.
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