SALUDOS A
CONCEPCIÓN.
Una de las
ciudades más emblemáticas del país estará
próximamente de aniversario. Se trata de la ciudad de Concepción,
capital del Primer Departamento del país. Fue fundada según consta en la Cédula Real el 25 de mayo de
1773, por don Agustín Fernando de Pinedo y Valdivieso. Aparentemente por un
error del historiador Félix de Azara, la fundación se viene celebrando desde
hace tiempo el 31 de mayo, hasta que la investigación del historiador
concepcionero Pedro Alvarenga Caballero permitió confirmar que la verdadera
fecha de fundación es el 25 mayo. La tradición se impuso y continúan los actos
centrales concentrados en la agenda del último día de mayo, es decir, los
festejos comienzan el 25 y terminan el 31. Incluso este año, llegarán al
domingo 1 de junio. La finalidad histórica asignada a esta ciudad fue la de
defender la soberanía de la vasta región norteña de la amenaza constante de los
bandeirantes. Misión que ha cumplido con todo acierto. Desde Concepción fueron
respaldados los fuertes de Olimpo y de San Carlos. Sufrió los embates de la
guerra grande y cuando culminó aquella tragedia Concepción se convirtió en
refugio de las residentas y del resto del ejército que sobrevivió a la batalla
de Cerro Corá. En la guerra del Chaco fue decisiva su participación,
especialmente en las dos batallas de Nanawa, con sendas victorias sin las
cuáles esa guerra hubiera estado perdida. Fue el epicentro de la revolución del
47, y sufrió los embates más duros del revanchismo de bandos. Después la dictadura
la marginó. El fracaso de los puertos del norte, la ruta Transchaco y la ruta
Yby Yaú- Asunción, la dejaron aislada afectando seriamente su economía otrora
floreciente. Después se construyó el puente y no se hizo la ruta. Las clausuras
de rutas no asfaltadas la sometían a serios desabastecimientos. Y no hablemos
del problema de salud en los casos de urgencia. Se la golpeó duramente pero la
ciudad nunca se doblegó.
Aprendió a
defenderse, a auto mantenerse. Sin dudas es la más hospitalaria del país. Por todos
sus avatares, por sus luchas y tragedias, y por su pasado de hidalguía, es
imposible evitar que sus hijos sientan orgullo por ella. En el deseo de
honrarla por todo lo que representa para mí y para mi familia, rescato de mis
archivos este poema de tiempos de juventud.
¡SALUD
CONCEPCION!
Heroica y
valiente, todo un baluarte,
en el norte
lejano contra el invasor.
La cruz y
la espada, tu invicto estandarte
jamás
mancillados por ningún contendor.
En la
clarinada de los tiempos libres,
resonó
altiva la voz de un Sarmiento.
Que fue
desde entonces en todas las lides,
por la
patria nueva, todo un juramento.
La lejana europa en tiempo de reyes
conoció tu
opulencia de oro y yerbal.
Hasta aquí
extendieron los buques sus redes.
Tu nombre y
tu fama eran sin igual.
En la noche
larga azarosa y triste,
soportaste
incólume aquella hecatombe.
Concepción
ya entonces gallarda supiste
proclamar
tu honra y redimir tu nombre.
El
inhóspito Chaco recogió las hazañas
de tus
mocetones de temple y valer.
Aun
resuenan: Boquerón, Nanawa.
Hitos
legendarios, tus glorias de ayer.
Cuando la
gran patria rescató en la historia
los restos
gloriosos del gran Mariscal.
Tu fuiste
primera, es tuya la gloria.
Tu nombre
por siempre será ya inmortal.
Dos siglos
pasaron, tú sigues de frente.
A tu alcurnia
de reina nadie la opacó.
En tu solar
bendito como en una vertiente
la noble
hidalguía en tí se inspiró.
La patria
te aclama capital querida
te cubre de
loas y gran admiración
Tus
hermanas todas, llegarán un día,
a decirte
con alma: ¡Salud Concepción!
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