VIRUS SOCIAL DE LA CORRUPCIÓN.
“Cuántos mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a
la democracia de este bendito continente ese virus social, un fenómeno que lo
infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados” afirmó
el Papa Francisco durante su visita al Perú, según un informe de la Agencia
Reuters, publicado por el Diario ABC Color de nuestro país el domingo 21 de
enero de 2018. “Lo que se haga para luchar contra este flagelo social (la
corrupción) merece la mayor de las ponderaciones y ayudas porque esta lucha nos
compete a todos. Esta lucha – siguió diciendo – supone mayor cultura de la
transparencia entre entidades públicas,
privadas y sociedad civil. La corrupción es evitable y exige compromiso
de todos y no excluyo a las instituciones eclesiásticas” agregó. Estas afirmaciones las formuló el Pontífice
frente a las autoridades peruanas, país donde la trama de la corrupción ha
involucrado a cuatro gobiernos hallándose incluido entre ellos el actual
presidente. Para nuestro país estas
declaraciones del primer latinoamericano que ocupa tan alto cargo en la Iglesia
Católica, adquieren especial trascendencia. La corrupción ha llegado a minar
toda la estructura institucional de nuestra república, en especial a todo el
Poder Judicial, de una manera escandalosa como se está constatando a través de
los audios grabados de comunicaciones telefónicas ampliamente difundidos en los
últimos días. Esta situación explica la impunidad de varios líderes políticos y
allegados, con cuentas pendientes con la justicia. Los procesos están parados,
algunos por añares, a través de las chicanas jurídicas que son utilizadas con
graves sospechas de connivencia de jueces y fiscales y con probabilidades de
prescripción. A propósito de la prescripción, el ex Fiscal
y actual candidato a diputado por Asunción, Emilio Fúster ha propuesto que la
corrupción sea un delito imprescriptible. “Es hora de que los hechos de
corrupción sean imprescriptibles” Afirmó y siguió diciendo: “Un hecho de corrupción, por más mínimo que
sea, ya no debe ser perdonado. La corrupción debe ser considerada también un
crimen de lesa humanidad” (Diario Última Hora, edición del 23 de enero de 2018)
¿Qué haremos con nuestros corruptos? ¿Qué haremos con nuestro Poder Judicial?
En este momento tenemos un Fiscal General del Estado con mandato vencido hace
más de un año que sigue aferrado al cargo en base a una supuesta reconducción
tácita que para este cargo no contempla nuestra legislación. En la fecha se
salvó de un juicio político en la Cámara de Diputados de la Nación que no pudo
completar los dos tercios de votos requeridos como consecuencia del respaldo de
los legisladores que responden al actual
Presidente de la República. ¿Qué haremos con este Fiscal General que se dirigió
una nota a sí mismo solicitando permiso para ser sometido a una investigación
por usurpación de cargo y enriquecimiento ilícito? Ah y saben qué, dicen que se
auto concedió el permiso solicitado. ¿Hasta cuando se seguirá abusando de la
paciencia de este pueblo? Lamentamos que nuestro país sea uno de los más
corruptos del continente latinoamericano.
El virus o el cáncer de la corrupción carcomen desde hace tiempo la
institucionalidad de la República. Y lo peor es que no se avizora a corto plazo
ninguna solución para combatir tan
terrible flagelo.
Comentarios
Publicar un comentario