¿UN NUEVO PACTO POLÍTICO?
Terminada la dictadura en 1989, los diversos sectores de la
ciudadanía paraguaya fueron partícipes de un proceso que desembocó, con la
promulgación de una nueva constitución nacional, en un importante pacto y se
les entregó el control del poder a quienes parecían ser los profesionales de la
política. “Veinticinco años después
comprobamos que nos hemos equivocado. Los partidos políticos no sirvieron y ni
siquiera tuvieron la capacidad de generar nuevas figuras, los jóvenes con potencial
nunca tuvieron oportunidad de acercarse a las cúpulas de la estructura del
poder. De esto podemos concluir que las elecciones de abril próximo serán de
puro trámite” afirmó en su posteo el 23 de enero pasado, Ray Armele, un
excelente profesional del arte y la comunicación, quién concluyó diciendo:
“Esta realidad nos debe hacer pensar en
la necesidad de una nueva constituyente y en las consideraciones de lo que
deberían ser las bases de un nuevo pacto político” La pregunta que interpela de inmediato la
situación planteada es ¿Está en condiciones el país de plantearse un nuevo
pacto político? ¿Hay capacidad, voluntad, coincidencia y predisposición para
una reforma adecuada de la Constitución Nacional? ¿Cómo y a quienes elegiremos
para integrar la Nueva Convención Nacional Constituyente? No cabe ninguna duda
de que los dos grandes partidos políticos tradicionales liderarán la posta y
esa es la traba que será muy difícil de remontar. La experiencia de los últimos
25 años nos dice que estos partidos políticos se han mercantilizado, se
convirtieron en maquinaria de ganar elecciones y sus dirigentes ya no son
renovados ni renovables porque están aferrados a los cargos en base a sus
intereses particulares. La militancia
política quedó en el pasado porque aparecieron los operadores que se mueven en
torno a la oferta de los recursos en plan de gestar adeptos y organizar los
electorados. Estos son operarios al
servicio de las candidaturas y se mueven no por fidelidad a una causa sino en
base al mejor postor. Ya no importan los principios ni la ética porque la
política se volvió un negocio. Luego de
las internas partidarias del 17 de diciembre pasado los dos partidos
tradicionales siguen fragmentados. En el Partido Liberal Radical Auténtico, uno
de los referentes importantes, el
Senador Blas Llano afirmó que el candidato de su partido Efraín Alegre no está
en condiciones de ganar al candidato colorado en las elecciones nacionales. En
el partido colorado a su vez, el intento de enjuiciamiento del Fiscal General
del Estado ha fracasado porque los legisladores que responden al movimiento del
actual Presidente de la República no acompañaron la línea fijada por el
candidato presidencial del partido. Y esto ocurría “Mientras la ciudadanía
manifestaba su indignación y reclamaba que se tomen medidas para limpiar la
podredumbre que ha quedado expuesta en organismos del Estado tales como
Fiscalía, el Poder Judicial y el Congreso” Frente a esta realidad “las cúpulas de los partidos políticos no han
tomado en serio el momento histórico que vive el país. Si estos siguen
ignorando y amparando a sus correligionarios en vez de depurar sus filas y
marcar distancia y rechazar los hechos irregulares e ilícitos deben asumir el
riesgo de que la ciudadanía pierda definitivamente la confianza en ellos y
decidan dejar de votarlos” (Nota editorial del Diario Última Hora del 24 de
enero de 2018) En este punto cabe recordar lo que afirmaba Ray Armele, de que
las elecciones nacionales de abril próximo serán de puro trámite. Es decir no se
dejará de votar a las respectivas listas de candidatos conformadas con varios integrantes
imputados y con cuentas pendientes con la justicia. Lo más probable es que poco o nada cambie en
el escenario político nacional. De ahí
surge la importancia de generar una gran revolución ética, con la participación
de todos los sectores de la ciudadanía para intentar romper esta estructura de
corrupción que aprisiona y empequeñece a nuestro país. Si eso no se logra
significará que todavía no estamos preparados para sentar las bases de un nuevo
pacto político que nuestra nación reclama con suma urgencia.
Comentarios
Publicar un comentario