REFLEXIONES PERIODÍSTICAS
El 26 de abril pasado se ha
recordado el Día del Periodista Paraguayo. No hubo muchas celebraciones pero si
abundaron los saludos y las dedicatorias. Algunos, muy pocos, se dedicaron a
reflexionar sobre la tarea y la misión de la prensa y del periodismo. En el
Paraguay hay muchas personas que actualmente se dedican al periodismo, pero los
verdaderos periodistas no son muchos. Es cierto que ha mejorado para unos
cuantos las condiciones laborales pero no para muchos de ellos. Por algo el
Sindicato que los nuclea realizó una marcha reclamando mejores condiciones
laborales.
La libertad de prensa y de opinión aún les falta tiempo para consolidarse dada
la condición de ser un país que emerge de una larga dictadura. Tampoco se han
consolidado hasta la fecha las instituciones democráticas porque sigue proyectándose
en el tiempo, el sistema de corrupción
instalado por el poder prebendario y clientelista de la tiranía. El proceso de
transición se ha prolongado demasiado. Las
nuevas tecnologías han favorecido la multiplicación de los medios radiales y
televisivos lo que a su vez están permitiendo que nuevas figuras ocupen los
primeros planos. La inmediatez de las primicias sacrifica en parte el rigor
periodístico de la confirmación y de la contextualización. Se prioriza la
demanda del público que consume con mayor fruición los hechos policiales y
judiciales. El marketing es la regla. Importa poco analizar el impacto que
puedan tener las informaciones. La tecnología permite que la audiencia se convierta
en testigo de los acontecimientos. Con la cantidad de las informaciones se les
hace creer a la gente de que está
informada, pero en realidad este procedimiento se ha convertido en un verdadero
sistema de desinformación, al no darse el seguimiento de los hechos difundidos.
Nadie quiere al final que exista una
audiencia crítica. Se apela a la emoción y al entusiasmo de la gente. Se les
estandariza. Se les entusiasma y fanatiza con slogan y con eso los medios
construyen su propio poder. Los voceros de turno son manipulados consciente o
inconscientemente. Pero los verdaderos
beneficiarios son los propietarios de las empresas que manipulan la información conforme a sus
intereses. Muchos de los comunicadores que se consideran estrellas sucumben
ante la tentación del poder y del prestigio obteniendo así triunfos
circunstanciales y coyunturales. Los
titulares de prensa escrita, en general, marcan la agenda de todos los medios
radiales y televisivos. Sus influencias e incidencias se canalizan con este recurso. Los titulares,
casi siempre manipulados porque ni siquiera responden al contenido de la
información, marcan la pauta y la mayoría de los multiplicadores no se dedican
a la lectura y contextualización correspondiente. Lo que más importa no es la
verdad sino el impacto y el resultado. Pero debemos reconocer que esta
práctica no es exclusiva de la prensa paraguaya. Es generalizada, más todavía
en estos tiempos en que los detentadores del poder político y económico
proceden a la concentración de los medios porque saben de su importancia para
construir y extender el poderío correspondiente. Pero por encima de todas estas consideraciones hay que rescatar y
rendir tributo al periodismo paraguayo que tiene su historia y su trayectoria
trazadas con el sacrificio y hasta con el martirio. Recordemos que desde 1991, 17
periodistas han sido asesinados sin que los casos hayan sido esclarecidos. De
ellos, 7 han sido asesinados entre 2013 y 2015. La mafia se ha cobrado muchas
vidas. Así lo denuncia el FOPEP (Foro
del periodismo paraguayo) señalando en su comunicado que: “El crimen organizado
y sus tentáculos dentro del poder político se han visto directamente
involucrados en todos los casos de la muerte de periodistas en nuestro país”
Los asesinatos no han sido aclarados y sus actores morales y materiales siguen
impunes. Loor a esta prensa joven y valiente. El periodismo de este país tiene
una gran labor en la construcción de un Paraguay libre y soberano. Debemos
confiar que más allá de sus limitaciones, será un factor decisivo en ese futuro
de grandeza y dignidad que tanto se merece nuestro querido país.
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