CUANDO EL DOLOR SUPERA A LA ESPERANZA
Por más fuerte y firme que sea la fe
que profesa un creyente y devoto, éste puede sentirse en un momento dado,
avasallado por la presión de su circunstancia personal y explotar en llanto. Eso parece haber ocurrido en la misa en el sexto día del novenario en honor a la
Virgen de Caacupe. Fue durante la comunión y el Obispo celebrante se le acercó
para alentarle. Culminada la celebración este feligrés, un campesino procedente
de la localidad de Choré, Departamento de San Pedro, respondió al requerimiento
de la prensa con toda serenidad. “No pude soportar” dijo. “Hace poco tiempo
perdí a unos seres queridos, y además
siento dolor por las grandes necesidades
que sentimos en el campo. No hay cambio
y es muy triste que una madre tenga que mentir a sus hijos, cuando éstos
sientan hambre” Dramático testimonio de este hermano campesino. Es como si nos dijera que cada año venimos a
Caacupé y la situación no cambia. Nuestros
Obispos reunidos en noviembre pasado, denunciaron que la lucha contra la
pobreza se ha estancado. Los economistas consultados, confirmaron esta denuncia
de los obispos. Especialmente la pobreza extrema ha crecido, dicen. Según los mismos datos oficiales, en el año
2018, 335.165 personas conformaban la extrema pobreza, que equivale
al 4.8 % de la población total, 0.4 % más que en el 2017 y con el agravante de
que el 79 % de esta población de pobreza extrema está localizada en el campo.
Solamente el 21 % corresponde a las zonas urbanas. La crisis social y económica existe y la
Iglesia Católica asume que también es parte de esta crisis. Así lo manifestaron
los jóvenes en el acto del cierre del Trienio en Caacupé, denunciando “la actitud corrupta de los políticos que
trafican influencia. Criticaron, además,
la justicia títere que tenemos y la
falta de transparencia en la administración pública. “El pueblo está harto, de
los que solamente buscan llenarse los bolsillos a costa de la gente humilde y
trabajadora” Advirtieron. Es bueno
recordar que según los expertos la
desigualdad crece y la paciencia se agota. “A la luz de los acontecimientos
sociales y políticos recientes tanto nacionales como de países hermanos, la
Asamblea General Ordinaria de Obispos de nuestro país, lanzó una advertencia a
los gobernantes en el sentido de poner atención a las reivindicaciones sociales
y reclamos ciudadanos para evitar crisis de confianza ante la política que
conduce a un debilitamiento de la democracia y del orden institucional” (Diario
Última Hora, sábado 9 de noviembre del
2.019) En síntesis, no se puede abusar de la gente. La corrupción y la
impunidad no pueden seguir campante. No
se puede seguir teniendo una justicia débil o alquilada. El pueblo acude a Caacupe con la fe viva en
su madre. Ella como en las Bodas de Caná
no será insensible a las necesidades de la gente e intercederá ante su Hijo
Jesucristo. Creemos que el Señor, en su
infinita misericordia, escuchará el clamor de este inmenso pueblo devoto de la
Virgen. La peregrinación a Caacupe,
además de ser la expresión multitudinaria de la fe cristiana, debe ser también,
el camino hacia la redención, la justicia y la dignidad de nuestro pueblo.
Confiamos que así sea.
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