LAS INSEGURIDADES DEL PAÍS
La falta de seguridad
en el país es la deficiencia más reclamada por la ciudadanía al actual gobierno
de la República. ¿Por qué no se avanza en este combate y se permite que el
deterioro en esta materia sea cada vez más preocupante? La inseguridad se
manifiesta en varios frentes y aparenta tener causales diferentes, pero es
posible que la misma tenga por común denominador a la mafia y a la corrupción.
En primer lugar han aumentado los ataques callejeros en los centros urbanos
pero los protagonistas son en su mayoría jóvenes y drogadictos, muchos de ellos
menores de edad. La población carcelaria ha aumentado considerablemente y ya no
hay cabida en las cárceles. Más del 75% no tienen condena y muchos de ellos
cuentan con medidas alternativas o prisión domiciliaria que vuelven a infringir
una y otra vez. La población con toda
razón se indigna y busca suplir la indefensión apelando peligrosamente a la
justicia por mano propia. Últimamente los jóvenes adictos han aumentado considerablemente. Se convierten en víctimas y enfermos y el
estado no desarticula la red de proveedores y no existen centros de
recuperación para los mismos. En segundo lugar se tiene a grupos criminales
que se hacen llamar EPP, Ejército del Pueblo Paraguayo. Operan en el noreste
del país principalmente en los departamentos de Concepción y San Pedro. Según la historia oficial serían supuestos
guerrilleros que responderían a la ideología de los movimientos de la
izquierda. Actualmente cuentan con cinco
personas secuestradas. Para el combate de los mismos se creó la Fuerza de Tarea
Conjunta con policías y militares que depende directamente del Presidente de la
República. Su accionar ha costado buena plata para el país pero con muy poco
resultado. Familiares de víctimas del secuestro han pedido últimamente que la
Fuerza de Tarea Conjunta se retire de la zona para poder negociar la liberación
de los secuestrados.. Expresaron además que acatarán las decisiones del EPP y
que volverán a pagar el “impuesto revolucionario” que exige. El epicentro de
las operaciones se localiza en torno a cuatro colonias menonitas con un radio
aproximado de 50 kilómetros. En el
libreto oficialista sus miembros están mimetizados en la población y que el
grupo cuenta con su brazo político y mediático. El investigador concepcionero
Hugo Pereira, en su libro “Extractivismo Armado en Concepción” califica al
“EPP” como la fantasmal guerrilla que “lucha” por la expansión del capital
internacional del suelo norteño. Sostiene que se trata de un grupo paramilitar
funcional a los intereses del capital brasileño e internacional que se
apropiaron casi totalmente del noreste paraguayo. Cita para ello a Raúl Zibechi, para quién la
“violencia es funcional al despojo de los recursos” La expansión del cultivo de
la soja y de la explotación ganadera, esta última relacionada con la
instalación de grandes frigoríficos, han sido extraordinaria. De menos de
15.000 hectáreas en el año 1991, las tierras en manos de terratenientes
brasileños pasaron a más de 218.000 hectáreas en el 2008. Casi ya no existen
hacendados paraguayos en los Departamentos de Concepción y Amambay. El supuesto
Ejército Paraguayo según Hugo Pereira no tiene nada que ver con las causas
campesinas, al contrario, varios dirigentes campesinos habrían sido asesinados
por este grupo criminal. Se da además la coincidencia de su aparición en
marzo del 2008, con la quema de un galpón, en la propiedad de un sojero, al que la justicia le obligó la
colocación de la barrera forestal como disponen las leyes ambientales, ante el
reclamo de campesinos de la localidad de Kuruzu de Hierro. Pero la más dramática inseguridad tiene lugar en la zona fronteriza
con el Brasil. Con los productores
sojeros y ganaderos también ingresaron la mafia y el narcotráfico. Las bandas delictivas disputan territorios.
El propio ex presidente del Congreso Senador Robert Acevedo, había manifestado
cuando fue asesinado el capo mafioso de la frontera Jorge Rafaat, que éste solo
controlaba 3.000 kilos, el 10% de cocaína que se exportaba mensualmente desde Paraguay. El sicariato, la muerte por encargo, también
sacudió la capital del país en estos días.
Todo hace suponer que los criminales del grupo EPP, estarían asociados
con la mafia. De ahí provendría su protección.
Además no se sabe hasta dónde los mafiosos controlan con la narco
política las estructuras del Estado. A
esta altura ya no se sabe si el Estado todavía está en condiciones de controlar
y erradicar los grupos criminales. Es decir si hay voluntad y capacidad para
combatirlos. La mafia y la corrupción
constituyen el denominador común de todas las inseguridades que padece el país.
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