UNA CONVENCIÓN
IMAGINARIA.
Esto no tiene nada
que ver con la realidad. Aunque sí puede tener algunas coincidencias. Entonces
cabe aclarar como lo hacen los autores de obras literarias o de ficción:
“Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia” El hecho que vamos a
relatar también ocurre en un país imaginario. Vamos al hecho. Un buen día por
razones de coordinación o delimitación de áreas los representantes o jefes de
distintas organizaciones o instituciones deciden llevar a cabo una Convención
Extraordinaria. Más o menos al estilo de los gánster o mafiosos que a pesar de
ser mortales rivales en la vida cotidiana también consideran conveniente hacer
este tipo de encuentro para delimitar negocios y/o áreas jurisdiccionales. Los
organizadores fueron decidiendo los distintos aspectos. Primero la fecha, será
el día x. ¿Local? Bueno dijeron tendrá
que ser un buen local. Un local de prestigio, dice otro. –Y bueno dice un
tercero ¿porqué no lo hacemos en el salón auditorio del Banco tal? –Excelente idea, le contestan y así quedó
fijado el mencionado local. Solamente faltaba determinar quiénes podrán
participar y el tema de la reunión. Se decidió la participación de los
representantes de casi todas las instituciones y el tema central fijado es:
ROBAR MENOS EN BENEFICIO DEL PUEBLO. En
el día fijado para el encuentro fueron llegando casi a la misma hora prefijada
los distintos representantes. El amplio recinto estaba casi repleto. Si bien muchos se conocían había un poco de
tensión en la sala. Se procedió a elegir a un Presidente y a un Secretario para
dirigir las deliberaciones. Abierta la
sesión el primero que pidió la palabra fue el representante de la Aduana. –
Señores, dijo, como aporte de nuestra institución, de los 20 camiones que
ingresan con contrabando por día, en adelante dejaremos pasar a 5. Aplauso
cerrado. Sólo el 50% de los grandes
contribuyentes pagan sus impuestos, prometemos elevar a 75% dice el
representante de Hacienda. De los 10 mil
soldados inexistentes presupuestados reduciremos a 5.000, anuncia un
representante del ejército. De los 5.000
millones de combustibles desviados, dejaremos en la mitad, expresa el
representante de la policía. Reduciremos
el 50% de los sobrecostos de medicamentos importados afirma el representante
del Ministerio de Salud. En ese mismo sentido se expresó el del IPS. Por su
parte el representante de los bancarios afirmó que renunciarán al 50% de los
intereses usurarios de sus préstamos. Robaremos menos a los pequeños
agricultores dijo alguien que representaba al Ministerio de Agricultura. La coima bajará de un millón de guaraníes por
hectárea a 500 mil, anunció a su vez el representante del Instituto Agrario. Reduciremos nuestros planilleros de 7.000 a
2500 manifestó un parlamentario. De 20 Secretarias VIP reduciremos a 5 dijo el
representante del Contralor. También estuvo alguien de la comuna que anunció
que de 50.000 baches reducirán a 5000. Y nosotros aportaremos, no solo 10, sino
20% de impuestos sobre los granos, dijo a su vez, alguien en nombre de los
sojeros. Con cada intervención los aplausos se repetían. Las promesas seguían
incesantes. En la lista aparecieron además representantes de Ministerio de
Obras Públicas y de las firmas tabacaleras. Los representantes de los partidos
políticos resolvieron renunciar al aumento del subsidio. Muchos de los funcionarios públicos
prometieron no designar con sueldos altos a sus parentelas. Hasta aquí el chiste. Cualquier semejanza con la realidad es pura
coincidencia. Si esta situación se diera en nuestro país y con un panorama
semejante no resultaría fácil intentar en estas condiciones llevar a cabo ni un
remedo de diálogo nacional.
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