PLEGARIA DE AÑO NUEVO.
No importará cual sea nuestro credo, ni la ausencia de fe o
el agnosticismo que decimos profesar. Siempre será muy difícil negar o esconder
nuestra finitud, nuestra limitación o la angustia que genera la ausencia de
respuesta a tantas interrogaciones. No podemos negar que los seres humanos estamos enmarcados en el tiempo y que este a
su vez se divide en unos ciclos que aparentan ser accidentales. Tampoco podemos negar que una dosis de
misterio rodea a nuestra vida. Lo importante siempre será que nos respetemos.
Que cada uno ore en la forma y en el credo que tenga. Declaro ser creyente, y
pido permiso para compartir esta pequeña plegaria.
PLEGARIA DE AÑO NUEVO.
¿Qué oculta el porvenir
en el valladar de su misterio?
¿Brillará más el sol,
habrá más pan,
o más alegrías
al despertarse la mañana?
¿O es que el miedo
Volverá a proyectar fatídico su espanto
y el dolor y la injusticia
seguirán aleteando
sus insomnios de paciencia
en los alerones de los templos?
Haz Señor
que la esperanza madure sus espigas
y que el grito se libere
de todas las angustias reprimidas.
Para que nunca más impere la injusticia
y que la indignidad de las miserias
sea por siempre desterrada.
Haz Señor:
Que los niños no sean condenados
a la orfandad y al
abandono.
Y que la libertad y
los derechos
sean proclamados
y que sus defensores sean protegidos
de todas las barbaries que nos tienen sojuzgados.
Haz Señor:
Que amanezca un mundo nuevo
y que se entonen por siempre
los himnos más perennes de las luchas libertarias.
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