LA SOMBRA DE LA TIRANÍA.
La tiranía marcó a fuego a nuestro país. Se fue el dictador
pero su régimen sigue vigente 25 años después. Nunca podremos dimensionar la
magnitud del daño moral que se causó al país durante su tenebrosa vigencia. En
verdad ya nunca se pudo reimplantar el “Saneamiento Moral de la Nación” y
seguimos peregrinando en medio de la corrupción, el robo y la inseguridad como
una especie de herencia maldita de la dictadura. En estos días el debate se
reavivó en la ciudadanía con motivo de la condecoración de un torturador por el
Ministerio del Interior, y la entrega de
una distinción del Parlamento a un bufón de los tiempos de la tiranía. Teníamos
la esperanza de haber superado la etapa y que cambiaríamos nuestra manera de
pensar y de actuar, y recuperaríamos la memoria, a partir de aquel recordado Tribunal
Permanente de los Pueblos. Respecto de este evento, recuperamos del archivo, un
artículo publicado por Raquel Rojas, en el desaparecido diario HOY, bajo el
título de: “Héroes anónimos de la democracia” “Tanto necesitaba nuestra
sociedad ser escuchada que el Tribunal Permanente de los Pueblos está teniendo
una repercusión y una participación no esperada ni siquiera por sus
organizadores” comenzó diciendo en aquella ocasión, la mencionada periodista. Y
continuó afirmando: “Campesinos. amas de casa, esposas, niños, estudiantes,
intelectuales, artistas, obreros, dirigentes políticos, profesionales, están
discurriendo el velo oscurecido por el silencio, por el miedo, por la
persecución y la presión para dejar a la luz del sol, tantas verdades que se
oponen a las mentirosas cortinas de humo de la historia oficial. El Tribunal
Permanente de los Pueblos está recuperando para nuestra frágil memoria los
nombres y apellidos de los hombres y mujeres, quienes hasta hoy anónimos, pagaron
tan alto el precio de nuestras libertades. Cuántos héroes anónimos – continuó –
de cuyos nombres apena hemos escuchado, nos enfrentamos hoy en este pequeño
espacio, donde por fin la historia decidió contarse como en un largo cuento de
las mil y una noches, pero que al contrario de éste, convierte nuestra vigilia
en una larga y horrorosa pesadilla” Raquel Rojas, en esa su visión testimonial
de las jornadas vividas con motivo de las sesiones de aquel tribunal, citó la
frase del dramaturgo alemán Berthol Brecht que dice: “Feliz del pueblo que no
necesita de héroes”. Un pensamiento que ante tantas barbaridades relatadas
queda golpeando la conciencia. En realidad nunca hubiéramos querido que nuestro
país necesitara de tantos héroes anónimos para abrir el camino de su libertad.
Pero ésta es nuestra historia, reciente, dramática y con jirones de
sobrevivientes. Pensábamos que ya nadie podía intentar justificar esta historia
de oprobios y que la impunidad ya no podría ocultarse en la ignorancia o en la
cortina del tiempo. Al parecer no hemos aprendido la lección. Siguen muriendo
líderes campesinos y periodistas. Sus nombres son conocidos pero la impunidad
los condena al anonimato del tiempo. Es necesario que la razón y la justicia se
impongan por siempre a la barbarie. Sin embargo hasta ahora no hemos sabido
honrar a nuestros muertos, no hemos podido superar el miedo y la cobardía del
silencio, no hemos reclamado para nosotros el puesto de honor en la lucha por
el derecho y por la justicia de nuestra sociedad. Y mientras esa duda y esa
dejadez persistan, lamentablemente, la sombra de la tiranía seguirá ensombreciendo
el verdadero camino de la libertad y de la dignidad de nuestro pueblo.
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