¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?
Este es el título de una fábula del
escritor español Lope de Vega. Cuenta en la misma que los ratones vivían
felices en una residencia hasta que la propietaria consiguió un gato muy hábil
y peligroso. Eso cambió la vida de los roedores que ya no pudieron salir de sus
madrigueras. Corrían serio riesgo de morir de hambre y de sed. Entonces se
vieron obligados a buscar una salida a situación tan extrema. En una de esas
reuniones un ratón pequeño propuso ponerle un cascabel al gato y de esa manera
sabrían de todo su movimiento por el ruido que produciría el cascabeleo. ¡Qué
buena idea! Celebraron todos entusiasmados hasta que un viejo roedor preguntó:
Y ¿quién le pondrá el cascabel al gato? Todos quedaron callados. La moraleja
del cuento es: “Es más fácil decir o proponer las cosas que hacerlas” A qué
viene el cuento y su moraleja. En nuestro país desde hace un buen tiempo impone
su dominio, no un gato, sino un gran felino llamado corrupción. En este caso no
se trata de ratas, porque aquí los roedores viven felices, sino de la gente
pobre encerrada en sus cubículos de chapas y cartón, sin agua, sin comida y sin
medicina, que no puede salir ni siquiera a protestar. El poder corrupto y
mafioso controla el país. Su poderío está instalado desde hace un buen tiempo.
Todos hablan de la corrupción pero no hay un debate serio de cómo enfrentarla. La
pandemia del Corona Virus, concentró el debate de la corrupción en el
Ministerio de Salud y las compras e intento de compras de los insumos
sanitarios. Aparecieron las sobrefacturaciones y los intermediarios del fraude.
Numerosas licitaciones fueron anuladas y el Ministerio de Salud Pública y
Bienestar Social, casi no compró nada hasta la fecha, apenas invirtió un poco
más del 4% del monto que se le había asignado. La campaña médica contra el
Covid -19 en nuestro país es considerada hasta ahora exitosa. A pesar de eso,
el Ministro Julio Mazzoleni es acusado de ser administrativamente incapaz y
flojo, que no combate la corrupción y que no puede eludir su responsabilidad
como titular de la cartera. Está bien que se cuestione y se exija combatir la
corrupción, más aún en un tiempo tan sensible para la ciudadanía. Pero a la
corrupción, hasta ahora, nadie lo ha
podido combatir porque sus tentáculos están extendidos en toda la
administración pública. Se le cuestiona el lento proceso de sumarios e
imputaciones de los funcionarios administrativos de su ministerio. En este país
los funcionarios públicos tienen desarrollado un sistema de autodefensa muy
eficiente. La Secretaría de la Función Pública maneja los sumarios y allí el
tiempo se detiene. Es muy difícil
expulsarlos, apenas se consigue removerlos de cargos de confianza o de
gerencias, y aún así, los destituidos pueden plantear demandas y conseguir por
vía judicial ser repuestos en sus cargos y beneficios anteriores, lo que
complica tremendamente porque en sus puestos ya están sus reemplazantes. Lo
máximo que se hace es enviarle al “freezer” es decir a Gerencia del Personal sin
cargo. Pero el peso gordo de la
corrupción no está en el funcionariado público. Está en la clase política
dominante que desde añares roban y se enriquecen a expensa del Estado como ha
quedado divulgado y documentado en las publicaciones de las declaraciones
juradas. Declaraciones con las que
falsean sus ingresos utilizando esta disposición para el lavado de los
mismos sin pagar ningún impuesto.
¿De qué manera obtuvieron esas
ganancias?
Muchos de ellos mercando con sus
votos parlamentarios para impedir o imponer legislaciones conforme a los
intereses de los que detentan el poder económico. Otros, negociando comisiones sobre licitaciones o
adquisiciones de bienes de los entes estatales. Es bastante habitual que una
operación contractual con instituciones públicas se concrete por vía de la mediación de algún
parlamentario o político influyente que condiciona su participación sobre la base mínima de una comisión del 20% Y
como el Estado no es buen pagador, otra vez hay que prever otro 10% de comisión
de cobranza. Ahora muchos de ellos ya no
son comisionistas sino socios o dueños de empresas de maletines que
participan de las licitaciones. Habría que averiguar con quiénes se relaciona
el famoso Clan Ferreira, el de los insumos médicos con ventas anuladas. Las condiciones se imponen desde afuera de las
instituciones y así se rompe el esquema de intervención de la Unidad Operativa de
Contrataciones, precios referenciales del mercado, comité de evaluación, etc.
de cada institución y los funcionarios designados en esos cargos ya poco o nada
pueden hacer. Los pliegos de bases y condiciones a menudo ya están
direccionados con conocimiento incluso de la misma Dirección de Contrataciones
Públicas. El poder corrupto está firme y presente en el país y opera de
diversas formas con evasiones de impuestos, con contrabandos y numerosos tipos
de fraudes. Los contrabandistas no van a la cárcel y tampoco pagan sus multas
porque el Tribunal de Cuentas, les permite las maniobras dilatorias.
¿Sobre qué bases la corrupción asienta
su poder?
Controla la Fiscalía y en gran medida al Poder
Judicial: Incide en la designación de jueces y magistrados a través del Consejo
de la Magistratura y amenaza con enjuiciamiento a jueces y fiscales que no se
alineen a sus oscuros intereses a través del Consejo de Enjuiciamiento de
Magistrados. Controla el Parlamento, en especial la Cámara de Diputados y desde
allí a la Fiscala General, al Contralor General de la República y al fin a los
altos funcionarios con la amenaza del Juicio Político. Tiene fuerte influencia
sobre el Tribunal Electoral, introduce “Caballos de Troya” en los principales
partidos políticos y maneja la prensa en general. Propician candidaturas
electorales condicionadas de antemano a los designios del grupo de poder
político y económico. El país está en mano de un poder corrupto. Este poder
compromete los grandes intereses nacionales. A este poder no le importa la
pandemia ni la muerte. Esta es una realidad que todo el mundo lo sabe, que toda
la prensa sabe y se calla.
¿Cómo se podrá salir de esta
situación?
¿Quién le pone el cascabel al gran felino de
la corrupción? Es importante pensar en un líder o una líder, pero no será
suficiente. Deberá ser necesariamente un gran movimiento de hombres y mujeres
de probada honestidad y capacidad que existen en todos los partidos políticos y
en todas las organizaciones sociales de este país. Ese debe ser el gran debate.
Cómo construir una gran concertación sobre la base de la ética y los principios
democráticos. La pandemia nos ha golpeado duramente. Nos ha demostrado que la
solidaridad es el capital más poderoso que tenemos como sociedad. Al final
podemos decir que no estuvo mal el Presidente de la República en su mensaje
anual al Parlamento, al invocar
sollozante a Dios para el combate a la corrupción, porque amenguar y vencer a
este gran felino, es y será necesariamente un gran milagro ciudadano.
Comentarios
Publicar un comentario