QUE EL BRINDIS NO NOS ATRAGANTE
Culminó la celebración de las fiestas navideñas. En su mayor
parte prevaleció el ruido, el color y la algarabía. Las ofertas comerciales
fueron abundantes. En los últimos días previos ya fue imposible llegar a los
locales comerciales. El tránsito se volvió caótico. Todos corríamos a cualquier
parte. En la Nochebuena los brindis
terminaron por ahogar el reconocimiento del significado de su verdadero
mensaje. Amor, justicia, alegría, paz y
esperanza. Son palabras que sonaron en los momentos de abrazos y de buenos
augurios. Son palabras repetidas con hermosas melodías con los cánticos y
villancicos. Ya nadie se acordó del silencio de tantos hogares donde las luces
fueron vislumbradas en la distancia. El silencio de los niños de las chozas
precarias soportando toda clase de carencias. El silencio de los hospitales sin
asistencia médica ni medicamentos. El silencio de nuestros hermanos indígenas
desalojados de sus tierras ancestrales. Ya nadie se acordó del último mensaje del Obispo de Caacupé que nos enrostró la
corrupción y la impunidad, imperantes en el país. Ya pasó Navidad y pronto será
Año Nuevo. Y otra vez nos atontaremos en el brindis alocado, en la carrera sin
sentido y en los petardos suicidas. ¿De dónde sacaremos año nuevo y vida nueva
en un país sin justicia? La presión ciudadana ha hecho mucho, pero los
parlamentarios corruptos potenciaron de nuevo sus blindajes de impudicia. Hay clamor por el diálogo sin sentido porque
no puede haber diálogo ni entendimiento cuando negocian los corruptos
enarbolando la impunidad como bandera. Año
nuevo tendrá significado si avanza la ímproba batalla por la justicia, si
conseguimos fuerzas para deshacernos de las mafias locales y extranjeras, si
los poderosos corruptos por fin pisan las cárceles, si se les deja trabajar la
tierra al campesino paraguayo y se respeta y dignifica a nuestros hermanos
indígenas y además si hay salud gratuita para todos y la escuela de nuevo retorne
a ser referente de la formación de nuevos ciudadanos. Procuremos que el brindis
tenga sentido sin atragantarnos. Hay un país y una historia que nos reclaman un
nuevo protagonismo. Que nuestros abrazos y nuestros brindis anuncien un nuevo
amanecer de libertad y dignidad.
Comentarios
Publicar un comentario