Ir al contenido principal

MI VIEJA BICICLETA.

MI VIEJA BICICLETA.

Es increíble como uno a veces siente una gran añoranza por hechos, actos u objetos por más pequeños que sean, en razón de que estos, en algún momento de la vida han tenido una significación especial o un valor determinado. Es lo que me pasó en estos días. Recordé a mi vieja bicicleta, tan noble y tan fuerte, con la que recorría raudamente mi ciudad de un extremo a otro sin ningún inconveniente y sin ningún contratiempo. Recuerdo que en aquellos tiempos casi todos nos conocíamos y aprovechábamos esos recorridos para el saludo y los encuentros. Después vinieron las motocicletas y los automóviles,  y las bicicletas fueron quedando atrás, condenadas a los paseos cortos en algunas pocas plazas que todavía contaban con espacio para ello. Mis añoranzas afloraron en estos días, cuando atrapado en una fila interminable de vehículos, veía que en ese  lento avance,   el velocímetro no llegaba a cinco kilómetros por hora. Nuestra casa familiar  está ubicada a la altura del kilómetro 17 de la Ruta Trans-Chaco y para intentar llegar a la capital del país desde Mariano Roque Alonso tenemos que utilizar el acceso norte y la Avenida General Artigas. Hasta hace poco ese recorrido exigía 15 minutos; actualmente ese tiempo llega  a más de una hora. Y no se trata de horas picos;  puede ser a cualquier hora del día. Estando en esa fila de avances y frenadas, veía que algunos pocos intrépidos ciclistas pasaban raudamente entre nosotros. Nos llevaban unos buenos kilómetros de ventaja. Fue entonces que me acordé de aquella mi vieja bicicleta. Hoy por hoy no existen bicisendas y tampoco hay espacio para los cruces de la gente. En realidad a nadie le importa la gente. Cruzar la calle se ha vuelto toda una proeza. Nadie detiene su marcha, nadie cede el paso. Se ha impuesto la ley de la selva, la ley del más fuerte. Y no por rara coincidencia los más agresivos son los que carecen de chapa de identificación de sus vehículos. Posiblemente Paraguay sea el único país del mundo donde los vehículos pueden circular sin identificación. Se promulgó una ley para acelerar los trámites de inscripción y registros de los vehículos y se formaron largas colas frente a los talleres habilitados para la inspección, lo que obligó finalmente la postergación de la vigencia de los controles y la penalidad por esta infracción. Pero, lo que en realidad se autorizó,  fue la prolongación de la vigencia de las chapas provisorias, pero de ninguna manera que los automovilistas transiten sin la chapa correspondiente. Se estima en aproximadamente 250 mil los vehículos que circulan sin contar con su identificación y habilitación. A fines de diciembre, cuando venza el nuevo plazo para la obtención de las chapas permanentes, las colas otra vez serán interminables y cabe aguardar que se solicite otra postergación. Es la historia sin fin de las irregularidades. Mientras tanto,  la importación de vehículos usados, seguirá en auge. No importarán los años de uso, ni el aumento vertiginoso de la contaminación de la ciudad. El negocio de importar vehículos chatarras cuenta con el aval de la Corte Suprema de Justicia. El libre comercio está por encima de las leyes ambientales. Ahora también aparecen lujosos vehículos robados en Europa que, con documentos falsificados, ingresan por nuestras aduanas. A quién importa una mancha más en el tigre. A quién importa la ley. Lo que importa es la ganancia fácil a cualquier costo. En nombre de un supuesto desarrollo se violenta y se desprecia a las personas. Aplastado bajo el peso de esta sociedad materialista y violenta, uno se siente tentado a recordar al poeta español Jorge Manrrique, quién afirmaba que “A nuestro parecer, todo tiempo pasado fue mejor”  Podemos concluir en consecuencia de que en el tiempo de aquella mi vieja bicicleta,  prevalecía un poco más el sentimiento de humanidad entre nosotros.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MORIR EN LA PAVADA

MORIR EN LA PAVADA. Este cuento utilizó el sacerdote en su homilía de este domingo. No citó ninguna fuente pero me pareció interesante como tema de reflexión y heme aquí intentando recordar los detalles del mismo. Un hombre que vivía cerca de una montaña había encontrado en la parte más alta de la misma un huevo. Este era más grande que el de la gallina, y más pequeño que el del avestruz. No podía serlo porque cómo harían la gallina y el avestruz para subirse hasta la cima, pensó. Lo trajo a su casa y como estaba empollando una pava lo puso en su nido. Nacieron las pavitas y entre ellas había una  que parecía más grande y con algunos rasgos y pelos diferentes. Mamá pava cuidaba de todas ellas. Las pavitas crecían comiendo lombrices y frutitas silvestres. Cuando ya estaban crecidos los pavos, el granjero se dio cuenta que aquel huevo que trajo de la montaña era el de un cóndor. Sin embargo este pavo- cóndor seguía comportándose como los otros pavos. Un día que éste vio pasar un...

SICARIO ECONÓMICO

SICARIO ECONÓMICO En uno de los recientes programas “Conversando con Correa” del ex Presidente ecuatoriano Rafael Correa, que se difunde por R.T. y al que se puede acceder en (https://youtu.be/WY44vCknODO) fue entrevistado el escritor norteamericano John Perkins, autor del libro “Confesiones de un sicario económico” El autor reconoce que en el pasado desempeñó efectivamente el papel de sicario económico de las grandes corporaciones norteamericanas pero que actualmente con su libro busca reparar los daños que haya podido causar en su vida pasada. Su labor como sicario económico era identificar países con recursos importantes cuyo control   interesaba a una de esas corporaciones. La estrategia era endeudar al país   con planes de grandes obras estructurales. Si el país involucrado no podía pagar sus deudas, porque éstas siempre resultan impagables, se le sugería vender sus bienes a precio acomodado a sus acreedores, lo que terminaba con la apropiación de los bienes apeteci...

REPATRIANDO PRÓCERES

REPATRIANDO PRÓCERES. La miseria de un pueblo se patentiza mucho más cuando exilia o expulsa a sus miembros o a sus conciudadanos. Tantos sean estos los exiliados económicos o, lo que es peor, sus exiliados políticos. Es grave cuando por razones económicas, nuestros compatriotas marchan allende la frontera en busca de las oportunidades que les niega su país.  En este sentido nuestra historia ha sido muy dura. Recordemos algunos casos emblemáticos como el de Augusto Roa Bastos, que cuando fue expulsado por la dictadura, el periodista y escritor Alcibiades González del Valle había afirmado en dramática ironía: “Hemos perdido un ciudadano pero hemos ganado un escritor” en el sentido de que en las condiciones tan primarias que se vive en nuestro país es muy difícil que alguien sea escritor, un creador. O el caso de aquel artista y compositor compatriota, que aprovechó una noche para cruzar el Río Paraná, y llevarse un tarro de tierra, de tierra roja paraguaya, su tierra que ya n...