La huelga
general y la manifestación ciudadana movilizan a todo el país de un confín a
otro. El movimiento sindical a través de las centrales de trabajadores y el
movimiento campesino, principalmente a través de la Federación Nacional
Campesina se hacen sentir con protestas previas, cierre parcial o temporal de
rutas y con presencia de grupos de avanzada que ya están en la capital del
país. Los organismos de seguridad han dispuestos hombres, mujeres y estrategias
para resguardar el orden e intentar impedir que conatos de violencia empañen o
desvíen de sus objetivos a la huelga general y a la manifestación ciudadana,
que si se realizan en forma pacífica no alterarán el orden ni provocarán
infracciones a las leyes vigentes del país en esta materia.
Una
manifestación ciudadana y sindical de esta naturaleza genera dificultades para
cualquier gobierno y es lógico que haya preocupación por la amenaza que pueda
representar para la tranquilidad y el orden institucional, pero al mismo
tiempo, independientemente de los contratiempos que pueda representar, se debe
valorar esta capacidad ciudadana de movilización porque al final es una
expresión genuina de participación de la comunidad nacional, que puede
coadyuvar y garantizar que el país avance hacia la defensa de la soberanía, la
consolidación de la democracia y la conquista del bien común para toda la
ciudadanía.
Sin embargo
no puede descartarse del todo, algún intento de manipulación de esta gesta
ciudadana por algún sector de intereses que puede sentirse amenazado de
cualquier manera y en cualquier parte, en la medida que el país avance en su
proceso de institucionalización. En concreto nos referimos a la mafia de la
tierra. Es una de la más poderosa, con representantes en el parlamento y en los
demás poderes del estado. En nuestra opinión estuvo detrás de la
destitución de Fernando Lugo, y que uno de los hechos que provocaron la conjura
del golpe de estado parlamentario fue aquella revisión y verificación de las
propiedades asentadas dentro de la franja de 50 kilómetros de la
frontera que por ley no pueden pertenecer a extranjeros, en las que participaron
técnicos militares. Había y hay un montón de irregularidades que iban a quedar
al descubierto.
En este
momento se está dando el intento de un hecho gravitante: la recuperación de
lotes agrícolas de la colonia Santa Lucía de Ytakyry, por parte del INDERT
(Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra ), actualmente utilizados para cultivo
extensivo de maíz y soja. La recuperación será para trasladar a ese lugar a los
sintierras de Ñacunday, unas 540 familias. A pesar de las afirmaciones del
titular del Indert, de que todos los poderes del Estado están apoyando el
operativo, no se sabe si se va a
concretar esta recuperación de aquellas tierras malhabidas, pero de concretarse
sería un acto muy importante, porque sentará precedente y podrá abrir el camino
para avanzar con otras recuperaciones. Consideramos que no se debe temer a las
manifestaciones ciudadanas, honestas y pacíficas, pero sí hay que estar en
guardia contra la tenebrosa mafia de la tierra.
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