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EL AMOR A LA PATRIA

EL AMOR A LA PATRIA

El calendario escolar y ciudadano nos convoca para celebrar y agradecer por la tenencia de nuestra propia nación y de nuestro propio estado. Tenemos una identidad que adquiere contenido en el lenguaje, la cultura, las costumbres, la historia y la geografía. Las fechas 14 y 15 de mayo nos habla del 205 aniversario de independencia y soberanía. Durante estos días recordaremos a nuestros próceres y a nuestros héroes y mártires. Intentaremos enaltecer el sentimiento de orgullo y dignidad y a comprometernos con las grandes causas nacionales. Hablaremos o se nos hablará de patriotismo y procuraremos pensar en los patriotas que forjaron y nos legaron esta patria. Al recorrer la historia llegaremos al presente y nos asaltará la inquietante pregunta de: ¿Quiénes son los patriotas que viven en nuestro tiempo? ¿Son las autoridades, los políticos, los artistas, los jueces y parlamentarios? ¿Son los empresarios, los maestros, los estudiantes o los trabajadores y campesinos, nuestros patriotas de hoy? Pero antes de responder necesitaremos  preguntarnos ¿Qué es el patriotismo y a quiénes podemos considerar patriotas? Para eso sería buena  una caracterización mínima para intentar entender lo que significa o puede significar el patriotismo, lo que a su vez nos ayudará a distinguir a quienes podríamos considerar como patriotas de nuestro tiempo. Podemos decir que un patriota,  es un ciudadano o una ciudadana que ama de verdad a su país. Amar de verdad al país es: 1) Sentirse identificado con su cultura y su historia, con la preocupación por conocerlas y valorarlas; 2) Ser honesto a toda prueba en las cosas privadas y en las cosas públicas. No robar, no mentir, respetar las leyes vigentes, pagar los impuestos y ser justo en las relaciones interpersonales 3) Comprometerse a participar en la gestión del bien común de la nación por encima de los intereses particulares, grupales o partidarios  y 4) Adquirir plena conciencia de la necesidad de proteger la naturaleza y el medio ambiente.  Estos cuatro puntos constituyen un breve resumen que a su vez necesitará ser ampliado para aprehender sus contenidos.  A la luz de estos enunciados podemos reconocer que son patriotas los trabajadores y campesinos y los estudiantes que nos dieron en estos días una gran lección de civismo. También lo pueden ser los maestros, los funcionarios públicos, los policías y militares, los jueces y parlamentarios, los cultores del arte, los intelectuales, los deportistas, los empresarios, los dirigentes políticos y los profesionales en general,  siempre que sean honestos, no roben, luchen por la justicia y cumplan con sus respectivas obligaciones. No son patriotas los corruptos, los que se benefician arteramente de la función pública, los parlamentarios y jueces venales, los empresarios y profesionales que no pagan sus impuestos y la lista puede continuar por varias páginas más. Y todavía nos queda para el final,  una interpelación más directa y personal. ¿Soy yo un patriota o puedo considerarme un patriota? La respuesta nos corresponde a cada uno. Deberíamos intentar hacer este ejercicio para romper la frontera de la irreflexión y de la irresponsabilidad y adquirir la capacidad de la autocrítica. Somos parte de esta nación con toda su historia de dificultades y carencias. Y si bien es cierto que los actos celebratorios a menudo nos asquean por la hipocresía de que muchos de los corruptos aparezcan en primera fila, no podemos negar que el destino personal de cada uno está ligado al de esta patria tan querida. Todos estamos llamados a luchar y a comprometernos por la ventura y la dignidad de esta nación. Loor a los próceres. Viva la libertad y la independencia.

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