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BATALLA CONTRA LA INFORMALIDAD

BATALLA CONTRA LA INFORMALIDAD.

La primera gran batalla a vencer para cualquier país que pretenda desarrollarse y modernizarse es, sin lugar a dudas, la informalidad. Lamentablemente este objetivo no aparece claro y prioritario en las propuestas y en las acciones de los gobiernos que se van sucediendo. Este el caso de nuestro país. Si nos preguntáramos porqué no se logra mejorar las estructuras y los sistemas administrativos, siendo esto tan necesario y  fundamental, para cambiar una serie de situaciones y dificultades que retrasan su progreso y bienestar, podríamos intentar varias explicaciones como respuesta, pero entre todas ellas, creemos que sobresale con gran destaque, el tema de la corrupción. La corrupción vive, se alimenta y engorda en el clima de la informalidad. A continuación mencionaremos algunos hechos que describen la informalidad vigente en nuestro país. Solamente algunos hechos, porque intentar mencionar a todos sería una tarea inalcanzable para un espacio como éste.
Comencemos. El Paraguay tiene un poco más de 400 mil kilómetros cuadrados de superficie, pero en el Registro General de la Propiedad, hay tantos títulos superpuestos, que sumados todos, el país tendría más de 500 mil kilómetros cuadrados. ¿Porque no se soluciona esta situación? ¿Porque no se puede tener un catastro actualizado? La resistencia es fortísima, habrían muchas ocupaciones ilegales de empresarios agroganaderos nacionales y extranjeros, ya se gastó un montón de dinero y nada. El gobierno anterior intentó realizar una mensura de las propiedades colindantes con la frontera con el Brasil dentro de una franja de 50 kilómetros. Simplemente no se le dejó realizar, sin importar las órdenes judiciales ni la presencia de técnicos del Instituto Geodésico Militar.
Pero sigamos en la cita. En el propio ejército no hace mucho se detectó una gran diferencia entre lo presupuestado y la cantidad de soldados. Pero hay más, ahora ni el Censo de Población y Vivienda del 2012, que se realiza cada diez años pudo terminar, no sabemos cuántos somos. Si recurrimos al Registro Civil de las personas, tampoco avanzaremos mucho, se estima que no están registradas más de 300 mil personas.

Cuando se estableció un subsidio para productores campesinos de algodón y a los pescadores en el tiempo de veda, se armó tantos líos de protestas y de reclamos. No se tenía registros y no se sabía a quién pagar. Otra gran pregunta es ¿cuántos realmente son los campesinos sin tierras, cuántos de ellos ya fueron beneficiados y volvieron a vender sus derecheras? No se sabe. El año pasado se lanzó un censo de asentamientos campesinos. No se terminó, está en lío y demanda.  Esto no acaba. En el transporte público que también el gobierno subsidia en parte, aparecieron más de 300 unidades no registradas varias de ellas cobraron el subsidio . ¿Cuantos taxis hay en Asunción? Vaya a saber. Se estima que más del cincuenta por ciento, no están registrados. Y no hablemos de empresas comerciales  habilitadas y nómina de contribuyentes porque caeremos en otro gran misterio. En los negocios todavía te preguntan a la hora de pagar si lo queremos hacerlo con o sin factura. Cuando a los agroexportadores se les devolvía el importe del IVA (Impuesto al Valor Agregado) declararon por importe de más de 500 mil millones, cuando el gobierno decidió no devolverles, el monto bajó a 30 mil millones. Esta evasión de más de 100 millones de dólares anuales fue denunciada por el propio Ministro de Hacienda anterior pero sin tomar ninguna medida al respecto. Hay más situaciones que cada uno puede ir agregando sin importar cuán inverosímiles sean. En este clima de informalidad es muy difícil que los planes prosperen y mientras tanto la corrupción seguirá imperando. La premisa principal está firme, la primera batalla a vencer es la batalla contra la informalidad.

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