EL CARNAVAL DE
MALVERSACIONES
No puede ser. Es
increíble e inadmisible que en un país de tantas limitaciones y necesidades en
menos de tres años se haya malversado nada menos que 426 millones de dólares,
por los intendentes y gobernadores de la República. Es un verdadero carnaval
desde todo punto de vista. Hay que reír o hay que llorar. Quizás como en ningún
otro momento nos viene bien el poema “Reír Llorando” del poeta mejicano Juan de
Dios Peza, que en la última estrofa y a modo de conclusión, decía: “El carnaval
del mundo engaña tanto, que la vida son breves mascaradas, aquí se aprende a
reír con llanto y también a llorar con carcajadas” Que terrible es la
situación nuestra. Deberíamos estar
llorando de rabia y de impotencia. 249 municipios y 17 gobernaciones recibieron
del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) en los años
2013, 2014 y 2015 nada menos que 844.796 millones de guaraníes, equivalente a
143 millones de dólares. Mientras que en concepto de los royalties, en ese
mismo período se les entregó 283 millones de dólares. En los últimos
tiempos el negocio era crear distritos municipales para acceder a estos fondos,
total después no se rinde cuentas y no pasa nada. Hasta el momento, la Fiscalía General del Estado, solo imputó a nueve
políticos entre intendentes y ex intendentes por supuesta malversación de los
fondos del Fonacide. La impunidad es tremenda. Las argucias empleadas son
variadísimas. Por ejemplo, el Ex Intendente de Arroyos y Esteros, procesado por
lesión de confianza, hace dos meses que está internado en un sanatorio privado
por una orden judicial. El ex Intendente de Lambaré, imputado, sigue siendo
miembro directivo de la OPACI, organización de cooperación entre los municipios
del país, mientras que el reelecto Intendente de Ypané, Horacio
Ortíz, también procesado, armó una caravana de simpatizantes para celebrar la
alternativa de prisión, que se le concedió mediando una altísima fianza de
1.900 millones de guaraníes y, como tiene prohibición judicial para acceder al
municipio, ahora atiende en una plaza de la ciudad. Todos recurren al
pretexto de persecución política, cuando son acusados y aplican estrategia de
la mafia, acusando y amenazando hasta de muerte a los fiscales que osen
imputarles. ¿De dónde sacan tanto poder
de impunidad estos malversadores de los recursos del estado? En octubre pasado,
el Senado aprobó un proyecto de ley que endurece las sanciones a los
intendentes que desvían recursos. Pero no hay garantías de que se cumplan las
sanciones. A tanto llegó la desvergüenza de intendentes que ya no reciben
recursos por adeudar rendiciones de cuenta, que condicionaron a la entrega de
esos fondos a pesar de la falta cometida, como condición para acompañar la
campaña del Ministerio de Salud contra el dengue. ¿Continuará este carnaval? Parece que sí. No se observa una voluntad
política firme para combatir este generalizado delito de ninguno de los poderes
del Estado y la ciudadanía carece de fuerza para denunciar y combatir este
flagelo. Se enriquecen los intendentes y concejales y se empobrecen los
municipios. Los edificios de colegios y escuelas se caen en pedazos y el
almuerzo escolar escasea. Paraguay no está en condiciones de malversar millones
de dólares anuales. De algún lado se tendrá que conseguir la fuerza necesaria
para controlar esta escandalosa malversación que empobrece miserablemente a
nuestro país.
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