MANDELA
FREE
Todavía
parece resonar en el viento aquel grito o canto, que por tanto tiempo
recorriera el mundo, cuando la vida de Nelson Mandela era de un destino
incierto. Mandela free, liberten a Mandela, sonaba insistente y de una manera
impresionante, porque la causa de la lucha por la libertad y de la no
discriminación ya había traspasado todas las fronteras. Y Nelson Mandela fue
liberado manteniéndose intactas las condiciones exigidas por el desde la
prisión, de una prisión injusta y cruel de 27 años. Nadie podía predecir ni
vaticinar el verdadero triunfo de Nelson Mandela: Romper con la hegemonía del
poder de los blancos para desembocar en unas elecciones con la participación de
la población negra, lo que permitió que fuera electo Presidente de Sudáfrica.
Su muerte
ha marcado el fin de una era. Personalidades de todo el mundo se dieron cita en
el homenaje de reconocimiento a uno de los más grandes líderes de la
actualidad.
“Nos
conmovió mucho que miles de personas desafiaran el frío y la lluvia para honrar
a Madiba – como le llamaban – y estar con nosotros” expresaron sus familiares
en un comunicado. Creó una Sudáfrica para blancos y negros, por igual, sin
revanchismos y por una cultura de paz que avanza hacia su consolidación.
Algunos comentaristas señalaron que Mandela es grande no solamente por lo que
hizo sino por lo que dejó de hacer. No permitió el revanchismo. Desterró toda
expresión de odio para instaurar en su país la tolerancia y el respeto. Tampoco
intentó perpetuarse en el poder, como le habían pedido. Se retiró cuando
cumplió su mandato con expresiones de magnanimidad.
Su vida es
todo un símbolo para toda la humanidad y también una gran lección. La
coherencia de su causa y de su lucha, terminaron por cambiar su etiquetado de
subversivo por el de notable estadista y líder de gran sabiduría que cambió el
destino de su pueblo.
La
discriminación en todas sus formas resulta miserable sea esta de carácter
étnico, religioso o sociopolítico. Cuando se vence a la discriminación es la humanidad
la que triunfa. En el tema del apartheid hay antecedentes memorables, como
cuando una mujer negra, Coretta Scott, se niega a ceder su asiento en el
ómnibus para ocupar el lugar que correspondía a los negros en el siglo pasado
en los EE.UU. O cuando el líder de la igualdad de los derechos civiles, Martin
Luther King, cayera asesinado cobardemente porque su reclamo comenzaba a tener
fuerza, dejándonos aquel mensaje imperecedero del sueño de la igualdad civil y
política, que sin dudas significó un hito y una oración que jalonaron el
triunfo de Mandela.
Mandela
free, liberten a Mandela. Este canto y este grito que recobran fuerza con su
muerte, debe hacernos recordar que también nosotros necesitamos liberarnos de
la discriminación que sufren nuestros
compatriotas indígenas y campesinos a quienes se les ha arrebatado sus tierras
de asentamientos y labranzas, obligándoseles a sobrevivir en los cinturones de
pobrezas de los centros urbanos. Son muchos los compatriotas que son marginados
y discriminados por culpa de la corrupción y el prebendarismo, que les retacean
la vigencia de sus derechos
fundamentales de salud, trabajo, educación y vivienda. Esta situación nos
impone la clasificación de ciudadanos de primera y de segunda y necesitamos
liberarnos cuantos antes de esta injusta y miserable discriminación.
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