LAS MENTIRAS SOBRE
EDUCACIÓN
Más de un millón
cuatrocientos mil niños y jóvenes han iniciado el nuevo año escolar con el
entusiasmo y la esperanzada expectativa de los padres y maestros. Pero quizás
como nunca antes, este año pesa la incertidumbre de la inseguridad que
representan más de 2000 locales escolares con serios riesgos de derrumbes.
Por de pronto aproximadamente 100 instituciones se vieron ya obligadas a
desarrollar las primeras clases bajo carpas, en capillas eclesiales e incluso
bajo los árboles. El Ministro de Educación alardea de promesas y
echa la culpa a 40 años de desgobiernos que desatendieron sus responsabilidades
por deficiencias o por corrupción respecto a la construcción y el mantenimiento
de los locales escolares. Es una especie de autocrítica porque en esos 40 años
los gobiernos imperantes han sido del mismo signo partidario. Pero el fracaso se ha acentuado
considerablemente en los últimos 4 o cinco años, tiempo en el que fueron
dilapidados aproximadamente 1000 millones de dólares de pagos de royalties y de
compensaciones provenientes de la hidroeléctrica de la Binacional Itaipú. Esos
fondos destinados a obras de infraestructuras y a construcción y mejoramiento
de las escuelas y colegios, fueron dilapidados casi en su totalidad por las
gobernaciones y municipios del país, en medio de la más escandalosa
impunidad, que nunca hubiera sido
posible si no fuera por el pacto político de confabulación. Lo que sí ocurrió en los últimos 40 años es la
manipulación y la politización sectaria de la educación. Fue con la Reforma que propició la creación de
los Centros Regionales de Educación en 1968 que impuso la formación de los
clubes en sustitución de los centros estudiantiles que constituían verdaderas escuelas
de civismo. Sacaron de la malla curricular la materia de “Educación Cívica y Moral”,
Historias y Geografías pasaron a ser
“Ciencias Sociales” y naturalmente excluyeron Lógica Formal y Material, los
jóvenes ya no debían contar con tan importantes instrumentos de raciocinios.
¿Para qué debería servirnos la educación
pública? Para cambiar este estado de corrupción política y de mediocridad
generalizada que tienen postrado a nuestro país en el atraso. Decía Ramón Corvalán en la entrevista con
la periodista Brigitte Colmán, publicada en el Diario Última Hora, del día 19
de febrero de 2017: “Mi pasaje por la educación pública me tiene que permitir a
mí como ser humano tener muy claro en qué momento en mi sociedad se violan los
derechos humanos y quiénes los violan y qué se hace cuando pasa eso. Si no,
vamos a seguir produciendo sujetos que tienen lo que se denomina “ceguera
moral”; personas a las que le es totalmente indiferente el dolor del otro,
porque se llame gay, porque es campesino o porque es pobre” Vivimos en
una sociedad que no ha resuelto cuestiones muy inquietantes – decía en otra
parte – en las que está comprometido todo el aparato estatal, el sistema de
justicia, la seguridad que tienen su conexión con el ámbito político. Entonces
algo pasa socioculturalmente con el tema de la impunidad con el tema de
violación de los derechos humanos. La escuela es un espacio donde aprendemos
con rigurosidad las ciencias sociales y naturales pero no todos vamos a ser
científicos, sin embargo todos vamos a ser ciudadanos. Entonces es clave que mi
pasaje por la educación pública sea un pasaje donde viva la experiencia de la
práctica democrática y el respeto a la promoción de los derechos humanos” La verdadera educación no está en la agenda de la clase política
dominante y lo doloroso es que tampoco en la agenda de la sociedad en general. Tenemos
la más baja inversión del continente, y ni siquiera impacta que en pleno siglo
XXI se siga dando clase bajo los árboles.
Se necesita un cambio político que coloque a la educación en el centro
de un programa de la transformación del país. Mientras eso no ocurra, todo lo
que se diga, y lo poco que se haga, seguirán siendo partes de las grandes
mentiras que buscan engañar y confundir sobre los verdaderos motivos de la
postergación del sistema educativo que necesita y reclama el país.
Comentarios
Publicar un comentario