EL INMORTAL ROA
BASTOS
Comenzó la
celebración del centenario de uno de los más importantes escritores
latinoamericanos del siglo 20, nuestro compatriota Augusto Antonio Roa Bastos
que nos enorgulleció profundamente con el galardón “Miguel de Cervantes” que
obtuvo en el año 1989, el premio más prestigioso de toda la
literatura española. Con este motivo
están programados diversos actos conmemorativos que seguirán sucediéndose para
contarnos la historia, la vida y la lucha de un hombre que sufrió en carne
propia el dolor del destierro pero que a pesar de todo ello nunca se alejó
demasiado de la tierra de su infancia y de su juventud, ligazón y cercanía que le permitieron
encarnar la historia heroica de su pueblo dejando constancia de esa vinculación
y vivencia en sus numerosas obras literarias. La personalidad de este escritor compatriota trasciende nuestra
frontera y se le recordará también con motivo de este su centenario en Santo
Domingo (República Dominicana) Brasil, Argentina y España, según lo ha confirmado
el señor Antonio Carmona, Presidente de la Fundación Roa Bastos. Sin duda
su obra cumbre es “Yo, el supremo” que se basa en la vida de José Gaspar
Rodríguez de Francia, y abarca más de 100 años de la historia del
Paraguay. En la página Web de “Armazón.Com” señala que “Yo, el supremo” de Roa
Bastos, constituye casi un género dentro de la narrativa hispanoamericana que
podría llamarse la “novela del Dictador” junto a otros títulos como “El otoño
del Patriarca” de García Márquez o “El Señor Presidente” del guatemalteco
Miguel Angel Asturias. La mencionada página sigue diciendo: “Obra de expansión,
tejida con materiales de mil fuentes, flotante en un juego maestro de
intertextualidad, que sostiene increíblemente la tensión narrativa de la
primera a la última página. La conjunción del componente indígena guaraní con
el castellano, junto a la asimilación de los recursos de la narrativa más
moderna, están en la raíz de esta quizá-novela que Alejo Carpentier calificó de
“Obra Maestra” Esta conmemoración debería permitirnos que los paraguayos,
que la ciudadanía en general nos apropiemos acabadamente de las obras y la personalidad de
este compatriota que hasta ahora el único que fue premiado con el galardón más
distinguido de la literatura hispanoamericana.
En ese sentido, Ticio Escobar, destacado intelectual de nuestro país,
posteó cuanto sigue: “Espero que el
centenario de nacimiento antes que prestarse a un festival de banalidades sirva
de ocasión a la apertura de una compleja escena de reflexiones acerca de los
vínculos entre escritura, dictadura e historia y los alcances del compromiso
social y político del escritor. Temas centrales de la preocupación de Roa,
además de la educación y la formación estética y ética de las nuevas
generaciones. Hacer conocer su gigantesca obra no es solo divulgarla sino
promover su lectura y su interpretación en situaciones respetuosas del tiempo
histórico: El que pasó, el que vivimos y el que vendrá. Significa pues promover
su lectura comprometida con el arte, la sociedad y sus diversos contextos”
Casi en el mismo sentido, se expresó el periodista Antonio V. Pecci, en su
artículo titulado: “Roa Bastos, el intelectual y la tenaz lucha por la
libertad” publicado en el Correo Semanal del Diario Ultima Hora del día sábado
4 de febrero de 2017. Según Antonio V. Pecci, Roa Bastos ya tenía
una actitud crítica hacia el poder, contra la dictadura de Higinio Morínigo en
1946, desde su posición de periodista
del Diario “El País” La revolución del 47 le llevó al exilio por muchos
años. Otra vez fue expulsado por la dictadura en 1982, cuando realizaba una
corta visita. Fue tirado en Clorinda sin pasaporte, sin dinero. El hecho tuvo
trascendencia internacional. Antonio
V. Pecci relata además que Roa organizó en 1985 en Madrid, España,
un gran encuentro de todas las fuerzas del exilio y del interior de
Paraguay. Más de 40 representantes se reunieron durante tres días para debatir
la situación política, social y económica y las perspectivas de un trabajo
unido para lograr una transición no violenta. Este encuentro tuvo impacto
internacional y sirvió para difundir la represión y la corrupción que reinaban
en el Paraguay. Finalmente, nuestro
periodista, cita las palabras de Roa Bastos, con las que explicó la razón de su
retorno: “Entendí que debía integrarme a la lucha en un momento de transición
para Paraguay y que uniendo mis fuerzas al resto, podía hacer algo. En toda la
región tan rica en posibilidades donde existe una fuerza vital enorme y la
necesidad de recuperación de todo lo que se ha perdido en tantos años de
injurias, dominación y vejámenes” No importará demasiado al final lo que se
haga o se deje de hacer, Roa Bastos, como hombre de lucha y como intelectual,
comprometió todo su esfuerzo y su entrega al país que amó profundamente. Ya nadie podrá disputarle el mérito de haber
sido uno de los más importantes escritores latinoamericanos del siglo 20. Su
nombre por siempre ya será inmortal.
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