LOS
INCENDIARIOS DE SIEMPRE.
Los daños
causados fueron tremendos y de efectos incalculables. Ardió gran parte del
continente sudamericano. El peor
desastre de la vasta región de la Amazonía de los últimos tiempos. El fuego bordeó el gran Pantanal. Fue afectada la zona que produce el 20% de
oxígeno de todo el planeta. En un
principio el Presidente del Brasil restó importancia al hecho, diciendo que
Amazonas es de Brasil. Pero cuando el mundo se le vino encima trató de cambiar
su postura. Flora y fauna destruidas. En
gran medida los incendios fueron provocados.
En el Brasil y en todas partes.
El fuego arrasó con los bosques milenarios que los grandes
terratenientes no podían desforestar. El camino elegido fue la destrucción del
ecosistema. En esta ocasión se acabó la historia de los incendios controlados.
Una sequía de más de 100 días y los fuertes ventarrones condujeron a este desastre. Millones de pueblos indígenas amenazados de
muerte por el hábitat perdido. Qué
importa el calentamiento global. La producción y las ganancias son prioritarias. Un sistema económico suicida sigue
imponiendo su camino de necedad,
ambición desmedida y destrucción. En
Paraguay ocurrió lo mismo. Centenares de miles de hectáreas en la región
occidental y las principales reservas de la región orienta fueron presas de las
llamas. Desde siempre, llegado el mes de agosto se procede a implementar los
incendios intencionales para mejorar los pastizales con las lluvias de
setiembre. Nunca nadie fue castigado y
multado por este delito. Se atribuye supuestamente a colillas de cigarrillos
que algún desaprensivo fumador haya
tirado. Sin embargo se sabe que los
incendios fueron provocados. Los propios
bomberos voluntarios que arriesgaron y siguen arriesgando sus vidas, así lo
confirman. Pero éste delictual acto no es privativo de los sectores rurales y
forestales. En nuestras ciudades los que
no poseen o no quieren pagar por el servicio de recolección de basuras proceden
a quemarlas y en tiempos lluviosos las arrojan en los raudales. A quién le
importa contaminar el aire del vecindario, de la ciudad o del país. Sumas importantes de nuestros escuálidos
ingresos presupuestarios son destinadas a la tarea de pagar incendios. Mientras que algunos de los probables
provocadores de incendios hasta podrían solicitar y conseguir ayuda de los
organismos financieros del Estado. Negocio redondo. Todo atentado contra el ecosistema siempre
será un grave e imperdonable delito cometido contra los verdaderos intereses de
los habitantes de toda la nación.
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