UN PRESIDENCIABLE DESPISTADO
El escenario de la celebración del 207 aniversario de la
independencia nacional no augura mucho entusiasmo por los nubarrones de
incertidumbre que se proyectan sobre el historial de esta nación que sigue
aprisionada por el oportunismo y la corrupción de “hombres escombros” como lo
señalaba el Mons. Ismael Rolón, el Arzobispo que nunca aceptó ni se amilanó
ante el poder despótico de la dictadura. Estamos en plena etapa post-electoral
de una de las elecciones más cuestionadas de los últimos tiempos. Nunca antes como ahora se pudo precisar la
desaparición de numerosos votos, en especial de los pequeños partidos, en un
procedimiento que se consumó en las mesas electorales. A pesar de las denuncias de las
irregularidades cometidas ya nada se pudo hacer porque ya no había forma de
demostrar la falsedad de las actas electorales por que los boletines de votos
fueron desechados. Numerosos
parlamentarios con antecedentes con la justicia fueron reelectos mediante
listas sábanas por lo que fueron escasos los cambios en ambas cámaras. Hay un
presidente electo, todavía virtual porque aún no fue proclamado por la Justicia
Electoral, que carece de fuerza propia
para gobernar, debido a que el poder político real sigue ostentando el actual
Presidente Horacio Cartes, también electo Senador de la Nación. El primer despiste
del Presidente electo, se dio apenas acabadas las elecciones. Le sorprendió el
hecho de haber ganado por tan pequeño margen a pesar de las encuestas que le
asignaban grandes ventajas. Es posible
que más de un político de su partido, aunque no de su movimiento, le haya
contestado que si no fuera por la “estrategia” de Honor Colorado habría perdido
en estas elecciones. Carece de fuerza política propia. Apenas 7 senadores de
los 17 electos por el Partido Colorado. Los tres gobernadores de su movimiento
le visitaron en su despacho. Por su parte Horacio Cartes convoca a 10
gobernadores, senadores, diputados, y numerosos Concejales Departamentales. El
mensaje es claro. Por encima de un supuesto abrazo republicano mantendrá la
autonomía de su movimiento Honor Colorado en todo lo que sea la administración
del Partido y del gobierno. Cuando Mario Abdo Benítez era Senador, acusó al
Presidente Cartes de ser un violador de la Constitución Nacional por haber
intentado imponer la reelección presidencial vía Enmienda. Esta vez cuando la
Corte Suprema de Justicia le habilitó a Horacio Cartes para ser Senador activo
modificando lo que establece la Carta Magna, el Presidente electo ya no dijo
nada, ni siquiera cuando fue designada como Vice-Presidente la doctora Alicia
Pucheta, sospechosa de cometer prevaricato, al ser firmante de la mencionada
resolución. El futuro Canciller designado para el nuevo gobierno, expresó
cierta disconformidad por el hecho de no hacerle partícipe al Presidente
electo, de la decisión de cambiar la Sede de la Embajada Paraguaya en Israel a
Jerusalén. Ahora el Presidente electo ya no habla del aumento del impuesto al
tabaco o un impuesto a la exportación de soja que apoyaba en la etapa de
confrontación interna del Partido Colorado en la elección de candidatura
presidencial. Tampoco ya repite su slogan de campaña de lucha contra la
corrupción y tampoco dice nada respecto al “hermano del alma” del Presidente de
la República, Darío Messer, actualmente prófugo internacional, que según afirma
el Diario ABC color, en edición del 13 de mayo: “Entes oficiales fueron
advertidos e hicieron la vista gorda” Y un titular a toda página que dice:
“MESSER LAVABA AL AMPARO DEL GOBIERNO PARAGUAYO” Todavía no asumió su cargo y
el despiste del Presidente electo es enorme. ¿Podrá nombrar a todos sus
ministros y cambiar a directores de entes administrativos? ¿Podrá defender la
autonomía de su gobierno frente al grupo Cartes o será Horacio Cartes el que
siga gobernando? ¿Podrá incidir en el cambio de la Justicia Paraguaya,
denunciada hasta por la Unión Europea de ser sometida a la clase política?
¿Cómo desarrollará el campo y combatirá a la mafia reinante? Bueno se supone
que el Movimiento Honor Colorado y don Horacio Cartes le tendrán que dar el
apoyo a su gobierno, aunque sea un apoyo condicionado. La situación es
preocupante porque el país vive un momento decisivo con respecto a su futuro.
Por ejemplo hay que restablecer la institucionalidad de la República que el
actual gobierno se encargó de resquebrajarla sin pudor alguno. Igualmente
decisiva será la negociación del Tratado de Itaipú y la defensa del Acuífero
Guaraní. También será de suma importancia encarar el proceso de la posible
reforma constitucional. ¿Quién o quiénes serán los referentes del gran diálogo
nacional que será necesario y decisivo para el país? ¿Será el nuevo Presidente
un poder aglutinador de la ciudadanía o se tendrá que soportar un poder en la
sombra que actúa, conforme a la experiencia de los hechos, motivado por
intereses subalternos que pueden poner en riesgo el bien común de la nación?
Muy pronto sabremos la verdad.
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