GRAVE INCOHERENCIA PARLAMENTARIA
¿A quiénes responden los diputados de la nación? ¿Acaso no
deben responder a sus electores de cada uno de los departamentos del país?
Pareciera que permanecen ciegos y mudos frente a las verdaderas necesidades de
sus compatriotas en una cuestión tan sensible como la salud. Todos los días se denuncia en los medios de
prensa que en los centros hospitalarios de las capitales departamentales se
carece de médicos, medicamentos, sala de internación, servicio de ambulancia y
otros servicios fundamentales para defender la salud de la población. A la mayoría de los diputados eso no importa.
¿La salud de la población? Pareciera mofarse con desprecio cuando actuó como
aplanadora a favor del Presidente empresario, cuando rechazaron la propuesta de
aumento de impuesto al tabaco aprobada por la Cámara de Senadores con un mínimo
del 30 por ciento y un máximo del 40 por ciento. Se ratificaron en los exiguos
porcentaje de 18 al 22 por ciento, que deja al Paraguay como el de menor carga
impositiva al tabaco, ya que en Chile se percibe el 80,8%, en Argentina
69,8% y en el Brasil el 64,9%. Y eso que
el Paraguay ha suscrito un Convenio Marco en el 2003 y 2006 para el control del
tabaco que sigue incumpliendo hasta ahora. Extraña que el mismo empresario
Presidente no se preocupe de la problemática de la salud del país que gobierna.
Los impuestos que pagan sus empresas tabacaleras apenas cubren el 20% de los
gastos directos que el cigarrillo provoca en el sistema de salud. Lo que quiere
decir que todos los paraguayos estamos sosteniendo y cubriendo un costo del 80%
de gastos que ocasiona el consumo activo y pasivo del cigarrillo. Es decir nos
obligan a aportar para la ganancia de sus empresas. Una ganancia a un altísimo
costo a la salud pública: 9 personas mueren por día a causa del tabaquismo,
12,2% de todas las muertes que se producen en el país pueden ser atribuidas al
tabaquismo. Nuestros legisladores no
pusieron en discusión la directiva recibida por los tabacaleros para establecer
este impuesto mínimo con relación al tabaco, no consultaron con las
sociedades médicas para tener una
información seria y detallada de los daños que está causando el tabaquismo a la
salud de la población, tampoco tuvieron en cuenta la recomendación que la CEPAL
(Comisión Económica para América Latina y el Caribe) organismo dependiente de
las Naciones Unidas que hace rato viene sugiriendo a países como el nuestro
realizar ajustes en su impuesto selectivo al consumo del tabaco sosteniendo que
un incremento del 50% podría cubrir hasta la mitad de los gastos de la salud
pública. ¿Qué argumentan los empresarios
del tabaquismo? Que esta es una persecución política contra Horacio Cartes, que
se está atacando a una industria nacional que genera puesto de trabajo y que con
alto impuesto se busca cerrar una industria exitosa. Según el informe del programa AAM de
Telefuturo, en su edición del 27 de mayo de 2018 pasado la tabacalera del
Presidente paraguayo, produce 20 veces más de lo que demanda el consumo
interno, y que con el contrabando se ha ocasionado pérdidas de 3 mil millones
de dólares a Brasil y a la Argentina por evasión de impuesto. El impuesto que se paga en Paraguay es
insignificante para este operativo de gran envergadura. Podemos entender la
lógica de un político empresario que
siempre buscará la mayor ganancia posible con recursos legales e ilegales. Pero es incomprensible la actitud de los
diputados nacionales que legislan en contra de los intereses de la población.
De sus discursos de campaña llenos de promesas, confrontado con lo que
aprobaron, incurrieron en una verdadera traición. ¿Cómo se enfrentaran a sus
conciudadanos cuyos familiares fallecen cada día por falta de medicamentos? Es
una afrenta a la gestión política entendida como servicio y promoción del bien
común. Es la peor denuncia contra esta clase política que actúa en base a sus
intereses peregrinos y particulares y desconoce que la cuestión social debe
convertirse en una cuestión política. ¿Que ganaron? ¿Recibieron pagos y
beneficios? Probablemente nada. Simplemente se mostraron condescendientes con
el patrón de turno. Se amparan en la
desvergüenza y la impunidad. Es necesario que este hecho se destaque en letras
mayúsculas porque volverán a traicionar otras causas nacionales de interés
público. Si la ciudadanía no tiene la
capacidad de reclamar y de demandar políticamente por estos actos, seguiremos
soportando, lastimosamente, otros graves hechos de incoherencia parlamentaria.
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