METÁSTASIS DE LA
CORRUPCIÓN
2020 se está yendo.
Pasó Caacupé y se viene la Navidad. Todo el país está viviendo momentos muy
duros. La pandemia del Covid 19 golpeó fuerte y desnudó dramáticamente todas
nuestras falencias como sociedad, como estado. En algún momento pareció que
había comprensión y decisión de introducir reformas y generar cambios
importantes en el manejo del país. Pero demasiado pronto la clase política
retornó a sus viejos andares dentro de un instalado y hasta ahora inamovible
esquema de corrupción. De esa manera nuestros días transcurren conjugando
dificultades en medio de estos dos virus, el de la pandemia y el de la
corrupción en medio de aprietes y
grandes sacrificios de todos los sectores de la población y en especial de los
sectores más vulnerables. Hay que recordar
que el virus de la corrupción es muy anterior a la pandemia del coronavirus y como lo dijo el Obispo de Caacupe, hace
metástasis, es decir ya está ramificado en todo el cuerpo social, dañando todas
las instituciones. ¿Se va a poder
superar la vigencia de estos dos virus terribles? Sí, vamos a superar. No
sabemos cuándo exactamente pero lo vamos a superar. Hoy visualizamos en el
cielo la estrella de Belén que guió a los Reyes Magos hasta el pesebre de
Nazareth. No importa si creemos o no creemos en este gran acontecimiento de la
vida religiosa, pero sin ninguna duda, éste
es un tiempo privilegiado de reflexión, tiempo de construir y fundamentar
esperanza. Para ello será necesario que hombres y mujeres; niños, jóvenes y
ancianos, empresarios y trabajadores, políticos cabales y dirigentes honestos
de las organizaciones sociales, campesinos e indígenas, que todos los que aman
y valoran a esta gran nación se unan en un gran consenso para generar los
cambios que se necesita. No será fácil. Los que detentan el poder manejan los
medios de comunicación, controlan los partidos políticos, las Cámaras del
Congreso, el poder judicial, la Justicia Electoral, la Fiscalía General y la
Contraloría de la República. El gobierno sabe que la propuesta de reforma del
estado que anuncia es puro discursito de ocasión. Miente para distraer. Se les
ataca de corruptos al Presidente de la República y a sus Ministros porque son
las cabezas visibles, pero ellos no tienen el verdadero poder ni la voluntad de
generar los cambios que se les reclama. Creemos que el gran cambio solamente podrá provenir como resultado de un amplio consenso
ciudadano. Es fundamental que se entienda y se asuma esta responsabilidad. Navidad se viene y hay que nacer y renacer en
la esperanza y en el compromiso.
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