TODAVÍA HAY ESPERANZA.
A veces estamos tentados, por tantas decepciones, a pensar que
para nuestro país ya no existe una esperanza de redención, que estamos
irremediablemente condenado a transitar por el oscuro camino de la corrupción y
el crimen. Pero sabemos también que no podemos perder del todo la esperanza
porque en ella radica la fuerza que nos mueve a los seres humanos en ese
intento por cambiar todas aquellas situaciones y dificultades que nos atan y
nos atrasan en el esfuerzo por construir para nosotros y nuestro pueblo días de
paz, de dignidad y de prosperidad. En ese sentido rescatamos un hecho
significativo y verdaderamente esperanzador. En la fecha prestó juramento un
nuevo Senador de la Nación que accedió al cargo en sustitución del Senador Luis
Castiglioni quién había presentado renuncia para ocuparse con total dedicación
a las nuevas funciones que le ha encomendado el Presidente Electo que asumirá
su cargo el 15 de agosto próximo. Relató que apenas se disponía a asumir el
cargo se le presentó un emisario para ofrecerle nada menos que 500.000 dólares
para asegurar su voto o su presencia para completar el quórum en una posible
próxima Sesión Extraordinaria del Congreso Nacional que sería convocada para
analizar la aceptación de la renuncia al
cargo de Presidente de la República del señor Horacio Cartes, un
requisito indispensable para poder prestar juramento como Senador Activo el 30
de junio o el 1 de julio próximos en ocasión de la apertura del nuevo período
parlamentario. Pero aparte de asegurar
el voto o el quórum, cabe pensar que el
personal sobornado puede quedar por siempre comprometido con el corruptor de
turno, obligado a seguir sus designios en cuantas ocasiones se requiera su
apoyo en cuestiones que sean de interés
del grupo político sobornante. Queremos recordar que esta es una vieja práctica
de la mafia y de la clase política mafiosa. En los tiempos de la dictadura cada
Delegado de Gobierno de cualquiera de
los Departamentos del país a pocos días de su nombramiento era sometido a una
prueba, vital en el que se jugaba su cargo y a veces hasta la vida. A dos o tres días de haber asumido el cargo,
llegaba junto al nuevo Delegado, un emisario de un conocido mafioso de la zona,
diciéndole que tal Señor le enviaba una importante suma de dinero para el
mejoramiento de los gastos del casino de su Delegación. El Señor Delegado solamente
tenía dos opciones: Aceptar o rechazar. Si se le aceptaba quedaba entendido que
el capo mafioso podía contar con su apoyo y, si se le rechazaba, también
quedaba definido que era un enemigo o alguien que podía ser peligroso para las
operaciones delictuales. En ese caso, inmediatamente el capo mafioso le
denuncia a su contacto en las altas esferas del gobierno y en poco tiempo el
funcionario era destituido. Esta
situación de alguna manera se repitió con el flamante Senador Nacional Jorge
Dos Santos, quien asumió su cargo en la fecha en reemplazo del Senador
Castiglioni que había renunciado. Según
la Agencia RDN, cumplido el juramento pidió la palabra para denunciar ante el
plenario, que llegó hasta él un emisario para ofrecerle 500.000 dólares para
favorecer la aceptación de la renuncia del actual Titular del Ejecutivo. “Esta
suma – dijo - me podría solucionar varias cuentas, pero quiero dejar a mis hijos
la honra como herencia” Dejó sentado de
que definitivamente su voto no tiene precio.
Esperemos que existan otros parlamentarios y otros líderes políticos
cuyos votos no estén en subasta. Nuestro
peregrinar como pueblo sometido y ocupado por oportunistas de turno ya se ha
prolongado demasiado. Es tremendamente necesario decir de una vez, basta a la
corrupción, antes de que sea demasiado tarde.
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